
Otra vez, como cada dos años si lo que se juega es la Eurocopa o cada cuatro si es un Mundial, la selección española de fútbol volvió a perder a las primeras de cambio, en esta ocasión ante la Francia de Zidane.
El equipo ha ido de más a menos desde el debut ante Ucrania (4-0). Como en este país no tenemos término medio, esa victoria ya daba pie a pensar en que podíamos ganar el Mundial.
El entorno de la selección, medios de comunicación quiero decir, ha estado como nunca a favor de la hazaña. En cuatro años hemos pasado de ver con dificultad los partidos de España y poco más por tv, a horas y horas de información ininterrumpida con dos cadenas de reciente aparición, Cuatro y la Sexta, peleando por el pastel de las audiencias y la publicidad. Tampoco ha funcionado.
Este año no había dudas respecto al entrenador; pese a que la actuación de Aragonés no mejora a Camacho ni a Clemente, el apoyo que ha recibido ha sido incondicional. Se ha equivocado en los cambios partido tras partido, y ha dado tumbos en cuanto a cómo quería jugar, pero su labor no ha sido cuestionada. Los jugadores convocados no son esta vez objeto de debate. Todos estábamos de acuerdo en un noventa por ciento en los convocados. Buena mezcla de juventud y veteranía, creíamos. Empezamos con goleada y se dispara la euforia. No es tan difícil ver que en ese partido los goles vienen de un penalty inexistente y de dos goles afortunados a balón parado. Contra Túnez el nivel baja ya de manera considerable, hasta el punto de que se coquetea con no ganar el partido. Y los suplentes se las vieron y desearon para marcarle un gol a Arabia Saudí.
El entorno de la selección, medios de comunicación quiero decir, ha estado como nunca a favor de la hazaña. En cuatro años hemos pasado de ver con dificultad los partidos de España y poco más por tv, a horas y horas de información ininterrumpida con dos cadenas de reciente aparición, Cuatro y la Sexta, peleando por el pastel de las audiencias y la publicidad. Tampoco ha funcionado.
Este año no había dudas respecto al entrenador; pese a que la actuación de Aragonés no mejora a Camacho ni a Clemente, el apoyo que ha recibido ha sido incondicional. Se ha equivocado en los cambios partido tras partido, y ha dado tumbos en cuanto a cómo quería jugar, pero su labor no ha sido cuestionada. Los jugadores convocados no son esta vez objeto de debate. Todos estábamos de acuerdo en un noventa por ciento en los convocados. Buena mezcla de juventud y veteranía, creíamos. Empezamos con goleada y se dispara la euforia. No es tan difícil ver que en ese partido los goles vienen de un penalty inexistente y de dos goles afortunados a balón parado. Contra Túnez el nivel baja ya de manera considerable, hasta el punto de que se coquetea con no ganar el partido. Y los suplentes se las vieron y desearon para marcarle un gol a Arabia Saudí.
Llega el partido ante Francia y al diario Marca no se le ocurre otra cosa que titular "Vamos a jubilar a Zidane". Ayer el 10 de Francia reconocía su cabreo por esa portada, lo que a efectos deportivos supone un extra de motivación en su juego. Adjunto varias de las portadas de este periódico, el más vendido de España, no lo olvidemos, que se descalifican por sí mismas.
España, en el primer partido serio que afrontaba en la Copa del Mundo, exhibió una notable fragilidad defensiva (en muchisimas jugadas Francia superó de manera sencilla una línea de cuatro que nunca fue tal) y en ataque Fabian Barthez no tuvo que intervenir con las manos ni una sola vez en noventa minutos. Aragonés se equivocó poniendo a Raúl y se precipitó con los cambios. A España le faltó juego, sin más. Como le falta siempre. No creo que valga el tópico de que los jugadores españoles no saben competir. Que le pregunten a los jugadores del Arsenal si Cesc (¡cómo lloraba al final del partido!) sabe competir o no. Yo garantizo que Xavi, Puyol e Iniesta saben competir, lo han demostrado este año sobre todo los dos últimos. Los madridistas saben que Salgado, Casillas, Ramos o Raúl saben competir. Y así hasta los 23 seleccionados. El problema es el de siempre. Falta juego, falta estilo. Cada dos años se cambia. Y se observa sobre todo en las fases de clasificación. En los grupos que dan acceso a las grandes competiciones, durante año y medio, ante rivales no muy difíciles, el problema permanente es que España juega mal, y no olvidemos que venimos de dos repescas consecutivas. No ganarle a Macedonia o a Eslovenia no es problema de competitividad, sino de falta de calidad global como equipo. Pero siempre se buscan excusas o enemigos invisibles que impiden una verdadera autocrítica.
No obstante, las perspectivas deben ser optimistas. Hay gente joven que querrá desquitarse de esta derrota, pero en mi opinión la juventud en el campo ha de acompañarse también con juventud en el banquillo. Aragonés, con su verborrea habitual, ha vociferado estos días que si España no llegaba a semifinales dejaría el cargo. Que no dé marcha atrás ahora como apuntaba ayer y que lo cumpla. La selección merece otra cosa, otra persona con mejores modales y más acorde a los tiempos actuales.
Aparte del análisis exclusivamente futbolístico, también quería comentar otros aspectos relacionados con la actuación española en el Mundial.
Desde que comenzó el torneo llevo recopilando artículos y momentos de radio que llevan a varias reflexiones.
En muchos medios se está diciendo que esta vez ha sido la competición en la que "la selección ha unido más que nunca a todo un país". Desde luego. De manera absolutamente inducida. Como bien dice Enric Banyeres, ha existido un montaje en torno a la selección española, cortejada obscenamente por dos cadenas de televisión que han convocado a esta orgía de fútbol lo que no era sino una guerra de intereses. Y con un trasfondo de manipulación sentimental, porque tras la movilización de adhesión a un equipo, había el deseo inconfesado de vertebrar un país alrededor de un balón.
Ante el el inminente peligro de desmembración de la Patria gritado desde muchos foros, tenemos a la selección. Tengo el titular principal de la portada de El Mundo del pasado 15: "La goleada de la selección dispara las expresiones de patriotismo en España". Y de subtítulo: "El PSOE esgrime la España plural y el PP habla del legítimo orgullo de la nación más antigua de Europa”. Me parece una broma ridícula que haya quienes digan que hablando de estas cosas estamos politizando el deporte. Tanto la valoración de la importancia de la noticia como el contenido de la portada periodística que acabo de citar –hay muchas más– demuestran más que de sobra que el campeonato de fútbol de Alemania ha sido utilizado políticamente desde el primer momento por los defensores de la España eterna e indisoluble para hacer caja política. A nadie puede extrañar, y espero que se respete, que otros nos opongamos a ello. Ejemplos como el de Míchel "Si algunos no disfrutan con la selección mejor, más para nosotros", el de ayer de Poli Rincón "El que no sienta este himno que se muera" o varios más escuchados estos días no sé muy bien qué son, pero desde luego lo que no son comentarios de deporte. Son intolerantes y muestran un enorme desprecio por el que piensa diferente.










3 comentarios:
Tiene cojones criticar a un descerebrado como el Poli Rincón y citar como si fuera un intelectual al nauseabundo Enric Banyeres.
Muy de acuerdo en muchas de las cosas que expones. Lo de los políticos, es que siempre tratan de rentabilizarlo todo, sea lo que sea, y sean del signo que sean.
Y lo de las portadas de Marca, la verdad es que ha habido alguna desafortunada, pero la Prensa tiene que vender, exageranod en lo bueno y en lo malo. Esto es de esperar, y seguirá pasando en cada Mundial y en cada Eurocopa. Lo importante realmente es que los jugadores y el seleccionador no caigan en esas cosas.
No estoy del todo de acuerdo contigo. Sí lo estoy en lo de la prensa y por ahí viene uno de los grandes problemas de España. La prensa de aquí vive en otro planeta, sin duda actúa así porque está acostumbrada a que los clubes ganen muchos títulos. Cuando llega la hora de la Selecció parec que piensa que las cosas irán igual de bien.
En lo que no estoy de acuerdo es en lo de saber competir. No es que le falte a los jugadores españoles por separado, el problema viene cuando los pones juntos, es ahí cuando no son capaces de comportarse y dar un rendimiento competitivo. Está claro que Iniesta, Puyol y Xavi lo son, y muchos otros. Bien que lo demostraron en París, sin embargo cuando se juntan todos por un extraño motivo que se me escapa, pierden esa capacidad.
Publicar un comentario