
Han pasado dos meses desde que el FC Barcelona obtuvo su segunda Copa de Europa. Mucho tiempo en estos calendarios repletos de compromisos y competiciones.
Para los no mundialistas, ayer llegó la hora de volver al trabajo. Etoo, con permiso del club, y los participantes en la Copa del Mundo lo harán en los próximos días.
Dos noticias han destacado en el verano desde la óptica barcelonista.
La primera, el acuerdo global alcanzado con UNICEF, cuyos detalles serán públicos el mes que viene en Nueva York. El Barcelona no sólo renuncia a manchar su camiseta por primera vez en su historia con una marca comercial, sino que aportará casi dos millones de euros anuales a diversos proyectos humanitarios. La gestión se realizará a través de la Fundació, y supone un verdadero salto de calidad en la aspiración, si ya no realidad, de convertir realmente al club en Més que un club.
La segunda, cómo no, son los fichajes. Al día de hoy, sólo se ha concretado el fichaje del filandés Eldur Gudjohnsen, procedente del Chelsea. A priori es un acierto. Es joven, y no sólo puede actuar como sustituto de Larsson sino también en las posiciones avanzadas del mediocampo y como falso extremo. Su rendimiento puede ser inmediato, y está llamado a satisfacer a técnicos y afición casi desde el primer día.
Con él, y las bajas de Gabri, el propio Larsson y Maxi López, la plantilla queda en veinte jugadores más el filial. Puede parecer corta para las seis competiciones que se afrontarán esta temporada, viaje a Japón en diciembre incluido. Sin embargo, Txiki y Rijkaard parecen satisfechos con ella. El secretario técnico, en las recientes entrevistas que ha concedido, ha declarado que "Lo más fácil es fichar, llenar la plantilla de jugadores y con ello despertar a prensa y afición haciendo ruido. Pero nosotros les decimos: confiamos en vosotros, creemos en que podéis repetir los éxitos". Por su parte, Rijkaard, comparte esta posición austera, pero sobre todo su preocupación parece ser no romper el equilibrio humano, emocional y competitivo de la plantilla.
Mientras otros equipos parecen instalados en un mercadillo de saldos italianos buscando conseguir casi gratis la planificación de tres años, en el Barcelona preocupa la política de vestuario: no romper el equilibrio salarial de un equipo que lleva funcionando a la perfección durante dos temporadas y media. Aun así, ni Txiki ni Rijkaard son estúpidos, y saben que un central consistente vendría de perlas, ante los habituales problemas físicos de Márquez o Edmilson; parece que Liliam Thuram es el elegido.
Ahora mismo, la única sombra que oscurece un poco para el que suscribe el futuro inmediato del Barça es su cuando menos peligrosa pretemporada que detalla el maestro Perarnau. Es bien cierto que el año pasado, hubo gira asiática, que el equipo sufrió lesiones importantes y que el resultado deportivo fue inmejorable. El rendimiento físico de la plantilla este año puede ser un buen baremo para comprobar si realmente las giras veraniegas son tan perjudiciales como lo han parecido por ejemplo en el Real Madrid, o si verdaderamente la calidad técnica y las ganas de competir son las que suponen ganar los títulos allá por mayo de cada año por encima de las célebres y a veces dudosas curvas de rendimiento, y si no que le pregunten a los daneses que desde las playas de medio mundo acudieron a lazo a Suecia a jugar la Eurocopa 1992 tras la sanción a Yugoslavia por la Guerra de los Balcanes.
Para los no mundialistas, ayer llegó la hora de volver al trabajo. Etoo, con permiso del club, y los participantes en la Copa del Mundo lo harán en los próximos días.
Dos noticias han destacado en el verano desde la óptica barcelonista.
La primera, el acuerdo global alcanzado con UNICEF, cuyos detalles serán públicos el mes que viene en Nueva York. El Barcelona no sólo renuncia a manchar su camiseta por primera vez en su historia con una marca comercial, sino que aportará casi dos millones de euros anuales a diversos proyectos humanitarios. La gestión se realizará a través de la Fundació, y supone un verdadero salto de calidad en la aspiración, si ya no realidad, de convertir realmente al club en Més que un club.
La segunda, cómo no, son los fichajes. Al día de hoy, sólo se ha concretado el fichaje del filandés Eldur Gudjohnsen, procedente del Chelsea. A priori es un acierto. Es joven, y no sólo puede actuar como sustituto de Larsson sino también en las posiciones avanzadas del mediocampo y como falso extremo. Su rendimiento puede ser inmediato, y está llamado a satisfacer a técnicos y afición casi desde el primer día.
Con él, y las bajas de Gabri, el propio Larsson y Maxi López, la plantilla queda en veinte jugadores más el filial. Puede parecer corta para las seis competiciones que se afrontarán esta temporada, viaje a Japón en diciembre incluido. Sin embargo, Txiki y Rijkaard parecen satisfechos con ella. El secretario técnico, en las recientes entrevistas que ha concedido, ha declarado que "Lo más fácil es fichar, llenar la plantilla de jugadores y con ello despertar a prensa y afición haciendo ruido. Pero nosotros les decimos: confiamos en vosotros, creemos en que podéis repetir los éxitos". Por su parte, Rijkaard, comparte esta posición austera, pero sobre todo su preocupación parece ser no romper el equilibrio humano, emocional y competitivo de la plantilla.
Mientras otros equipos parecen instalados en un mercadillo de saldos italianos buscando conseguir casi gratis la planificación de tres años, en el Barcelona preocupa la política de vestuario: no romper el equilibrio salarial de un equipo que lleva funcionando a la perfección durante dos temporadas y media. Aun así, ni Txiki ni Rijkaard son estúpidos, y saben que un central consistente vendría de perlas, ante los habituales problemas físicos de Márquez o Edmilson; parece que Liliam Thuram es el elegido.
Ahora mismo, la única sombra que oscurece un poco para el que suscribe el futuro inmediato del Barça es su cuando menos peligrosa pretemporada que detalla el maestro Perarnau. Es bien cierto que el año pasado, hubo gira asiática, que el equipo sufrió lesiones importantes y que el resultado deportivo fue inmejorable. El rendimiento físico de la plantilla este año puede ser un buen baremo para comprobar si realmente las giras veraniegas son tan perjudiciales como lo han parecido por ejemplo en el Real Madrid, o si verdaderamente la calidad técnica y las ganas de competir son las que suponen ganar los títulos allá por mayo de cada año por encima de las célebres y a veces dudosas curvas de rendimiento, y si no que le pregunten a los daneses que desde las playas de medio mundo acudieron a lazo a Suecia a jugar la Eurocopa 1992 tras la sanción a Yugoslavia por la Guerra de los Balcanes.
2 comentarios:
Con los fichajes casi confirmados ya de Thuram y Zambrotta creo que el Barça completa un equipazo con mayúsculas. Si el francés y el italiano se adaptan bien al sistema de Rijkaard y dan lo mejor de sí mismos, junto a un Gudjohnsen que me parece una incorporación acertadísima, se configura un equipo de asustar.
Mucho tendrá que dar de sí el "efecto Capello" en el Madrid para que la Liga no sea blaugrana por tercer año consecutivo. Reinar otra vez en Europa es más complicado aunque en un año sin italianos potentes (salvo que al Inter le dé por desdecirnos, que no parece el caso) y con algunos grandes en plena fase de reconstrucción (ManU, Real Madrid) parece que todo será cosa de dos: Chelsea y Barça, pese a que decir todo esto en pleno mes de julio suene descabellado... que lo es.
Un saludo!
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