viernes, julio 07, 2006

La victoria de Baggio, por Ángel Méndez

Mi primer recuerdo de fútbol es la final del Mundial de España. Yo tenía por entonces seis añitos y ya en aquella época le daba patadas a todo aquello que me recordará un balón. Nunca olvidaré a Marco Tardelli gritar como un loco tras marcar el segundo gol de Italia y por supuesto al viejo presidente de la República emocionado ante aquel triunfo de su país. Desde entonces he seguido con cierta devoción a la selección Azurra en todos los campeonatos, y he venerado a un tipo de jugador perseguido por el catenaccio Italiano, adorado por los tifossi y casi indiferente para el resto del planeta fútbol dada su nacionalidad. Es el fantasioso, un jugador capaz de convertir en arte cada toque de balón. Esa raza de futbolistas se da en Italia cada generación, ningún otro país ha visto nacer tanta genialidad en cada generación...Rivera, Mazzola, Riva, Conti, Giannini, Mancini, Zola, Del Piero, Totti y su mayor representante, la fantasía hecha fútbol, Roberto Baggio...



La selección Italiana siempre se ha caracterizado por su mal juego, basado en una defensa terrible y en un único contragolpe letal. Desde aquel Mundial del
82, nunca ha terminado de romper con el maldito catenaccio, impropio de un país siempre vinculado con el arte y que ha regalado al mundo muchos de los más geniales creadores de la historia. Para más desgracia, Italia siempre ha contado con un porcentaje altísimo de grandes jugadores dentro de su convocatoria, ya no solo en la media punta si no en el resto de posiciones del campo. Siempre han contado con defensas competitivos, rápidos y en algunos casos hasta hábiles con los pies, sus delanteros siempre gozaron de gol y oportunidad, además de pelear como gladiadores y los medio campistas además de fuerza y coraje demostraron capacidad de juego y desborde. Nunca terminaron por utilizarlos, rebajando su ideario a ganar desde la racanería.




Todo ello, además de la siempre irracional voluntad de los sentimientos, me invitaba a pararme delante de la televisión a seguir los partidos de los azurri. Pero salvo en contadas ocasiones en estos últimos 24 años, siempre aparecía el viejo profesor italiano plagando el equipo de perros rabiosos y solo concediendo al media punta de cada año, perdido entre tanta vulgaridad. Pero ganaban y se mantenían en los Campeonatos, haciendo un mal canto a la eficacia y desprestigiando el deporte del balón. Por que seguir sentado ante tal barrabasada me preguntaba cada partido. La respuesta siempre era la misma, entre tanta necedad no podía perderme el instante en que aparecía el fantasioso con sus detalles de artista, no podía perderme el momento en que Baggio en su guerra particular contra el viejo catenaccio italiano, ganase una nueva batalla al tocar un balón de tacón, o al gambetear delante de los defensas o al meter un gol imposible, arruinando cada vez las viejas filosofías italianas.

Cuantas veces habré imaginado, presa de la desesperac
ión por tanto talento derrochado, una selección italiana basada en su genialidad y sin perder ni un ápice de su competitividad y fuerza, cuantas veces habré diseñado una selección italiana sin ese rigor defensivo, con un sistema ofensivo, cuantas veces habré imaginado a la otra Italia...y de pronto, el pasado martes, Italia dejo de aburrir, de racanear...el entrenador cambio la táctica, los jugadores salieron de su mediocridad dirigida y el fútbol se hizo grande durante ciento veinte minutos de juego y la imaginación dio paso a la realidad.

La primera semifinal del Campeonato del Mundo de Ale
mania 2006 pasará a la historia como el día en que Italia decidió jugar al fútbol. Aprovecho, por fin, sus mejores cualidades...una defensa rápida y dura, Cannavaro dio una lección magistral de como se debe defender sin necesidad de clavarle los tacos a nadie; dos laterales ofensivos pero con la suficiente fuerza para no perder el equilibrio, tanto Grosso como Zambrota han firmado una Campeonato casi perfecto; un medio campo con una mezcla única de fuerza y talento, Gatusso nos dejo sin palabras ya no solo por su fuerza y liderazgo si no por su claridad a la hora de pasarle la pelota al compañero adecuado, Totti, Pirlo y el "Viejo Señor" Del Piero pusieron la fantasía, la pausa y el arte y arriba, delanteros oportunistas pero no exentos de cierta calidad y de la inteligencia suficiente para hacer lo que tenían que hacer, Toni, Iaquinta y Gilardino corrieron, presionaron, se desmarcaron, crearon ocasiones de gol y apoyaron al resto del equipo en cada momento, tan solo la suerte les negó algún gol.

Mención especial para Marcelo Lippi. El partido lo gano el entrenador, figura maldita en cualquier equipo y más cuando es italiano, pero en esta excepcional ocasión, con lo cambios que hizo les demostró a los jugadores que querían gan
ar y que lo iban a hacer, esta vez, desde el juego y la calidad. El inicio de la prorroga fue la clave, sentó a dos medio campistas y dio paso a un delantero y a uno de esos jugadores fantasiosos, en el final de su carrera pero con la mentalidad y el toque todavía intactos. En ese momento, Italia gano el partido. En ese momento, Italia se hizo más grande y esta vez con el balón en el pie. En ese momento, la espera de tantos años fue recompensada.

Italia gano el partido, pero lo que hizo más grande su victoria fue el rival. Ganaron ante un gran equipo como Alemania, sorpresa positiva del Cam
peonato, que jugo fiel a sus viejos valores pero con cabezas y piernas jóvenes, envalentonados por un estadio grandioso por ambiente como el de Dortmund. Ambas selecciones nos brindaron un duelo mítico que quedará en nuestra memoria para siempre, dentro de ese rincón reservado para los grandes acontecimientos que nos hicieron seguir amando el deporte.

El triunfo de Italia, fue el triunfo de la fantasía, fue el triunfo de Mazzola, de Rivera, del príncipe Giannini, de Mancini...fue el triunfo de Baggio, el mayor icono de la fantasía azul, probablemente el jugador más grande de la historia italiana y segura
mente uno de los más grandes de la historia del fútbol...como seguidor y sufridor italiano, el partido en que Italia cambio la historia, se lo dedico, por su utopía de arte entre tanto fascismo futbolístico, se lo dedico a Baggio, el más grande fantasioso de la historia...


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5 comentarios:

Sergio Pérez Conde dijo...

Esoy contigo en eso del mal juego y el contragolpe letal. Creo que es el modelo que se ha impuesto ahora en el fútbol actual. Mucha fuerza y mucho control.

piterino dijo...

La admiración que muchos hemos sentido por Italia y el fútbol italiano desde siempre se nota en la lluvia de elogios que recibne desde muchos puntos de la llamada "blogosfera"; me uno a tu devoción por Italia y, por supuesto, al lamento por no haber hecho brillar más a lo largo de la historia tanto talento de que han disfrutado. Aunque, pensándolo bien, quién sabe, tal vez jugando "más bonito" no tendrían el palmarés y la historia que lucen ...
Un saludo!

Csai D. dijo...

Cuando te refieres a defensa terrible, ¿defensa mala o defensa impenetrable?

Dinius dijo...

Hola, este blog a sido un buen descubrimiento, sigue asi. Vamos a actualizar nuestros links de colegas digiales, quieres q te añada? podriamos hacerlo mutuamente... avisanos

Saludos

Anónimo dijo...

Enjoyed a lot! »

 
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