
La música de la
Champions League ya se prepara para sonar. Se acabaron las pruebas. Vuelve el espectáculo. La competición se abrirá mañana con todos los grandes de Europa dispuestos a desbancar al Barça, el último campeón. De los principales clubs, solo faltarán el Ajax y la Juventus, que purgará en Segunda las irregularidades de sus dirigentes en la compra de partidos. Del resto, no faltará nadie. El Chelsea, que volverá a encontrarse con el Barça, parece el único capaz de tumbar al equipo de Rijkaard, pero el hambre de éxitos puede catapultar a clásicos como el Madrid, el Milan, el Manchester United, el Bayern y el Arsenal. El objetivo de todos es el mismo: jugar la final del 23 de mayo en el Estadio Olímpico de Atenas.
El
Barça lo tiene todo para volver a ser el campeón: un bloque fiable y equilibrado, un técnico inteligente y estrellas sin parangón. Pero en una competición como la Champions cualquier despiste o mal día resulta fatal. La estadística demuestra que es muy complicado ganar dos veces seguidas el título. Ningún club lo logra desde el año 1990, cuando el Milan derrotó en Viena al Benfica (1-0). El año anterior, el conjunto rojinegro había tumbado al Steaua de Bucarest en Barcelona (4-0). Desde entonces, se han ido sucediendo campeones sin que nadie repita corona de forma consecutiva. El Ajax, vencedor en 1995, estuvo a punto de conseguirlo, pero cayó en los penaltis de la final del año siguiente ante la Juventus. El Barça de Rijkaard tiene ante sí otro reto muy atractivo.
Junto al Barça, el
Chelsea es el principal favorito para conquistar el torneo. De eso no hay duda. Después de gastar 587,4 millones de euros en fichajes desde que aterrizó en Londres en el 2003, al magnate Roman Abramovich no le vale otra cosa esta temporada que ganar la Champions. Esa obligación recae sobre José Mourinho que, en su tercer ejercicio, no puede volver a fallar. Las dos Premier conseguidas no son suficientes. O gana la Champions o difícilmente seguirá en Stamford Bridge. Una vez más, el Chelsea ha comandado el mercado de fichajes, con un gasto de 99,2 millones (el doble que el Inter, el triple que el Barça y cuatro veces más que el Milan, el Bayern o el United). Shevchenko, Ballack y Ashley Cole son los nuevos ases de un equipo obligado más que nunca al éxito.
Con un bloque tan renovado será difícil que el
Madrid se lleve el título, pero Fabio Capello seguro que devolverá al equipo la consistencia perdida. Aunque veo al equipo más para competiciones de fondo que para copas a ida y vuelta al contrario que ocurría con los
galácticos. En su segunda etapa en el equipo blanco, el técnico italiano está obligado a hacer un buen papel en la competición favorita del Madrid, que aspira a su 10° título. Pero la Champions nunca ha sido un buen torneo para Capello. En sus 15 temporadas como entrenador al frente del Milan, Madrid, Roma y Juventus, solo se proclamó campeón de Europa una vez (con el Milan, en 1994, destrozando al Barça en la final).
Capello ha construido un equipo fiel a su estilo. Con el central Cannavaro y los pivotes Emerson y Diarra, ha fortalecido la zona central con jugadores rocosos y contrastados. Otra cosa será la creación de juego y los goles. La urgencia de éxitos pesa sobre un técnico que no garantiza buen fútbol, pero sí competitividad y compromiso...hasta donde el vestuario blanco quiera. El debut, el miércoles en casa del Olympique de Lyón, será una buena prueba para comprobar su potencial. En la pasada edición, el Madrid fue vapuleado allí (3-0).
¿Acusará en
Milan la baja de Shevchenko? Posiblemente sí. Andrei Shevchenko ha sido en los últimos años el hombre gol del Milan. Su marcha al Chelsea deja al equipo muy tocado. Gilardino, Inzaghi y Oliveira, fichado del Betis por 17,5 millones de euros, se multiplicarán para suplir al ucraniano. Salpicado por el Moggigate, el Milan empezó ayer la Serie A con ocho puntos menos y accedió a la Champions tras jugar la previa, gracias al perdón de la Corte de Apelación. Eliminado por el Barça en las semifinales del año pasado, el Milan disfrutará del grupo más plácido y se agarrará a Kaká para ser peligroso.
Igualar la final de la temporada pasada será complicado para el
Arsenal, pero tiene equipo para llegar lejos. Tras varias temporadas fracasando en Europa, el Arsenal sorprendió a todos plantándose en París después de eliminar al Madrid, la Juventus y el Villarreal. Wenger ha mantenido a Henry y Cesc como estandartes de un cuadro que se ha reforzado con Gallas, Rosicky, Baptista y Denilson, un centrocampista brasileño de 18 años, nada que ver con el exbético. A cambio, pierde a Pires, Bergkamp, Campbell, Ashley Cole, Reyes y Cygan. Los gunners volverán a confiar en la magia de Henry, dispuesto a demostrar que acertó al no venir al Camp Nou.
El
Manchester United está obligado a mejorar su imagen en la Champions. Peor que en la temporada pasada es imposible hacerlo. Los diablos rojos acabaron últimos de su grupo, que también incluía al Villarreal, el Benfica y el Lille, rivales en teoría inferiores. En esta ocasión, volverá a encontrarse con un grupo cómodo, con el Celtic, el Copenhague y, de nuevo, los lisboetas.
En su 21ª temporada en Old Trafford, Alex Ferguson conserva el bloque del pasado año, con la baja de Van Nistelrooy y el fichaje estrella de Michael Carrick, el excentrocampista del Tottenham que ha costado 27,2 millones de euros al United. Rooney y Cristiano Ronaldo serán los referentes de un club que ganó su última Champions en 1999.
El
Bayern Munich no levanta cabeza en la Champions desde el 2001, año en el que ganó el torneo al superar al Valencia en una dramática final por penaltis. A partir de ahí, el desierto. En las cinco últimas temporadas, el Bayern no ha sido capaz de superar los cuartos y en esta ocasión será difícil que llegue mucho más lejos. La marcha de Ballack y Zé Roberto ha debilitado el centro del campo muniqués, muy inferior al de clubs como el Barça, el Chelsea o el Madrid. El conjunto de Felix Magath solo se ha reforzado con el central belga Van Buyten, el exazulgrana Van Bommel y el delantero Podolski, que completará el ataque, la mejor línea de los alemanes. El caduco Kahn sigue defendiendo la portería.
Cuando el
Liverpool ganó la Champions en el 2005 nadie lo esperaba. Ese mismo año, el equipo de Rafa Benítez acabó a 37 puntos del Chelsea en la Premier, pero demostró que la Liga de Campeones es un torneo especial, en el que es vital no fallar en ningún cruce. El año pasado, esa realidad se cebó en los reds, que dijeron adiós ante el Benfica en los octavos. El techo lógico del Liverpool se sitúa en los cuartos, tras una inversión de 39,1 millones de euros. Entre los fichajes, sobresale el del holandés Dirk Kuyt, que sustituirá a Morientes después de pagar el Liverpool 18 millones de euros al Feyenoord. El delantero galés Bellamy y el interior Pennant también han reforzado a un bloque que figura por detrás de los grandes favoritos.
¿Brillará de una vez el
Inter? Es la pregunta de cada año. Parece mentira que un equipo multinacional construido a golpe de talonario nunca funcione. Al Inter le queda el consuelo --y el orgullo-- de ser el único grande de Italia no implicado en el Moggigate. Esa inocencia le valió el scudetto del año pasado, que le fue arrebatado a la Juventus. El Inter no ganaba la Liga desde 1989 y la Copa de Europa se le resiste desde 1965. El Villarreal le dejó fuera el año pasado. Ibrahimovic, Grosso, Maicon, Vieira y Crespo deben ayudar al Inter a dar un salto en la Champions.
El
Valencia de Quique Sánchez Flores regresa a la Champions con ilusiones renovadas. En el recuerdo de los aficionados perduran las finales del 2000 y del 2001, perdidas ante el Madrid y el Bayern de Múnich, respectivamente. Será difícil igualar esa marca, pero después de una temporada fuera de Europa, el campeón de la UEFA del 2004 afronta con optimismo la aventura. El estilo de juego de Flores, que se caracteriza por la solidez y competitividad, puede ser adecuado para esta competición. Su grupo también parece cómodo para seguir adelante y justificar una elevada inversión en fichajes solo superada por Madrid y Chelsea.
El
Lyon. Volverá a ser competitivo Pese a la marcha de Mahamadou Diarra al Madrid, el Olympique de Lyón mantiene un bloque muy interesante. La pasada temporada ya se fue Essien al Chelsea y solo la mala fortuna impidió a los franceses acceder a las semifinales de la Champions tras caer con el Milan en cuartos, la misma ronda en la que se despidieron en el 2005 frente al PSV. Encuadrado una vez más en el grupo del Madrid, el Lyón confía en situarse al menos entre los cuatro mejores del continente. El enganche sueco Källstrom y el pivote Alou Diarra son los fichajes más destacados de Houllier, que mantiene a Coupet, Abidal, Juninho, Malouda, Fred y Wiltord.
En un torneo con tanto nivel es complicado que haya
sorpresas como la del Oporto de Mourinho en el 2004. Barça y Chelsea son los dos principales favoritos. En un segundo vagón, podrían estar el Madrid, Milan, Inter y Arsenal; y en el tercero, el United, Liverpool, Lyón, Bayern y Valencia. Más allá, las sorpresas pueden ser el Roma, el Werder Bremen --los dos favoritos no deberían despistarse--, el PSV Eindhoven de Ronald Koeman, el Hamburgo y el Lille de Claude Puel, que puede acompañar al Milan a los octavos en el grupo H.
Se admiten apuestas.