
El FC Barcelona es el Fútbol. Con mayúsculas. Nunca la tópica frase que da título a este post tuvo más adecuado uso ni mejor momento para ser citada. Guardiola y los 11 jugadores que saltaron ayer al Bernabéu desarrollaron uno de los mejores ejercicios futbolísticos en partidos de alto nivel que se recuerdan.
En los días previos al partido, hizo carrera la idea del repliegue, de jugar a ganar títulos, se instaba al Barça a controlarse un poco, a no salir al césped de Chamartín mostrando todas sus cartas y caer en el juego del Madrid. Keita de inicio, Henry al banquillo y a obligar a los blancos a llevar mínimamente la iniciativa.
Guardiola se negó. Si todo el mundo quería que la Liga se despachara en el Bernabéu, así iba a ser. Pero además, si su equipo caía sería con las botas puestas y jugando como él soñó desde aquellos primeros amistosos de Escocia del mes de julio, cuando tomó el equipo e inició la pretemporada. Aquello de que con dos pequeños en el centro no se pueden ganar los partidos grandes. El Barcelona no es el equipo perfecto, como nunca lo habrá, pero si es un grupo fiel a sí mismo, y sobre todo en el escenario más difícil al que se puede enfrentar, el estadio de su histórico máximo rival.
Valentía. "Jugaremos de la manera que nos ha traído hasta aquí". Ni Cruyff fue tan fiel a sí mismo en un partido en el Bernabéu. Ni el 1-0 inicial del Madrid descompuso al Barcelona, que casualmente tuvo sus mejores momentos de fútbol tras cada gol madridista. Reacciones rápidas e implacables.
Al final, un 2-6 ya conocido por todos, histórico, asumido con felicidad por los barcelonistas pero también con una cierta naturalidad que asusta. Eran mejores y lo sabían. Sobre todo Xavi. El '6' generó una corriente de fútbol a su alrededor que resultó incontenible para el Madrid. Repartió 4 asistencias de gol, a cual mejor, como quien deposita cartas en un buzón de correos. Pero su peso en el partido resultó demoledor. Marcado individualmente por Gago al principio, se retrasó hasta casi sus centrales buscando el balón y los espacios. Al mismo tiempo, llegó y llegó al área del Madrid, tanto para asistir como para presionar. Trabajar en esos cincuenta metros, al borde de ámbas áreas, con esa facilidad, eficacia y brillantez, es una de las tareas más difíciles del fúbol, y sólo un elegido como Xavi puede realizarla.
El Barcelona hace tiempo que eligió su camino. Cantera, buenos fichajes y balón, mucho balón. Tomo prestada la estupenda frase de Juanma Trueba en su crónica de hoy: "El buen juego es el primer atajo, el mejor camino y, aunque los buenos propósitos no eliminan la posibilidad del fracaso, al menos aseguran la felicidad del viaje".
Todos los estilos en el fútbol, mostrados con lealtad a este deporte, son válidos: el defensivo, el kick and run inglés, el orgullo y la fe ante limitaciones técnicas como el Madrid...todos. Pero el fútbol fue concebido para jugarlo con una pelota y sobre un césped. Rápido, punzante, ambicioso.
El Barcelona de esta temporada ha elevado a este deporte un escalón más, con el punto y seguido de una goleada en el Bernabéu cargada de emoción como mostraba el brillo en los ojos y una sospechosa voz quebrada dismulada por la tos de Pep en la rueda de prensa.

En Ndf - Y llovió un río
2 comentarios:
El balón al suelo: si dios quisiera que jugáramos por las nubes no habría inventado el césped.
B. Clough.
Coincido plenamente. Los caminos hacia el éxito son variopintos y todos conducen al mismo lugar, pero como dice Trueba, los hay más felices. El del Barça sin duda es el camino que sueña todo espectador, todo equipo, todo jugador. Es la belleza personificada. No es lo mismo vencer sin dar espectáculo que hacer lo propio dominando, apabullando, deleitando. Es un placer ver jugar a este Barça.
PD: Respecto a lo de Riijkard, yo tengo gratos recuerdos de aquel equipo. Es cierto que recordar a Deco y a Ronaldinho evoca juergas, apatía y desilusión, pero no debemos olvidar que ese equipo venció dos años seguidos la Liga prácticamente sin rival y ganó la Copa de Europa de manera brillante. No por el desastre galáctico durante tres años debemos olvidar la Copa de Eurpoa del 2002.
Un abrazo.
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