domingo, diciembre 19, 2010

This is Football


El títular no es mío, es de Roger Saperas, compañero de RAC 1, en twitter. El FC Barcelona destrozó al RCD Espanyol con menos dificultades de las previstas, tras un partido que se decidió cuando la pelota comenzó a rodar, pese a los esfuerzos de la afición local de adquirir un porcentaje intervencionista en el resultado. Lo intentaron, vía vídeo desafortunado durante la semana, pero también hoy con un fabuloso mosaico y con un ambiente digno de partido grande, de final, de derby de toda la vida, de fútbol, comportamiento ante Iniesta emocionante e incluido. 'This is Anfield' es un buen lema, pero si por algo es famoso el hogar del Liverpool es por el carácter indesmayable de quienes lo ocupan cada semana, por un apoyo intangible que no cabe en un cartel ni puede ser recogido con una cámara. Cornellá-El Prat ha resistido un año y cayó conquistado por el ejército de seda barcelonista al segundo intento, no muchos pueden decir lo mismo.

La cifra de cinco goles que últimamente repite el equipo de Guardiola puede llevar a engaño. La tentación de compararla con, por ejemplo, el partido frente al Real Madrid, es lógica, pero no me pareció una situación de juego similar. Al menos al principio. Con semejante atmósfera, el Espanyol apretó de lo lindo e incomodó al Barça, cuyas primeras salidas de balón fueron en largo, a través de Víctor Valdes. Pero el problema de limitar la producción ofensiva del grupo azulgrana va camino de convertirse en la búsqueda de la piedra filosofal. Si te encierras en tu área y no eres el Rubin Kazan y su rosario mágico, lo normal es que pierdas. Y si sales de manera valiente y futbolística a buscarle, no sólo te arriesgas a su juego en profundidad sino que con pérdidas de balón ante la presión adelantada casi son más letales. La primera media hora de juego resultó una fiable demostración de la teoría del pionero del fútbol base azulgrana que es Laureano Ruiz descrita esta mañana por Martí Perarnau. Con Dani Alves como ejecutor principal, el Barça robaba y robaba y sin apenas transición alcanzaba a Kameni. Messi se permitió incluso enviar una pelota fácil de gol (tras jugada del lateral brasileño) por encima del larguero pero con este equipo no sirven ni los tópicos, como ese de perdonar y perder. 

Es buen día para recordar las loas que recibieron Caparrós y su Athletic en la temporada del triplete por cómo apretaban a los centrales blaugranas dificultando la salida de pelota. O los elogios para Emery por lo mismo. Y para el propio Pochettino. Pellegrini lo hizó en el penúltimo clásico y fue un partido parejo. Así le ganó el Inter de Mourinho la ida en San Siro y así le puso en dificultades el Villarreal de Garrido esta misma temporada. Pero esa táctica conlleva un riesgo evidente: si plantas a tus delanteros con Piqué y Puyol, si encimas a Xavi y a Busquets con tus mediocampistas, la defensa ha de estar en línea y casi en el mediocampo. Con el maestro Hernández, con Iniesta, con Messi y con los demarques de Villa y sobre todo Pedro, puedes ser ejecutado con su juego entre líneas en un abrir y cerrar de ojos. En realidad, el propio FCB es quien juega así y quien ha perfeccionado ese estilo de una manera diría que irreproducible. Se combinan tantas variables y tantos jugadores nacidos y criados para practicar el fútbol de esta manera, que son los únicos que se lo pueden permitir quizá desde el Milan de Sacchi.  El resto, hacen lo que pueden. Creo que los entrenadores anteriormente citados -y hay más- conocen su trabajo. Es inútil quitar mérito a las victorias del Barcelona o buscar paños calientes, el fútbol habla por sí mismo cada semana. 'This is Football'. Como no durará eternamente (cualquier aficionado recuerda lo que pasó precisamente en el FCB tras los éxitos de 2006), lo mejor es disfrutarlo o asumirlo, según los gustos de cada cual.

'Barça: lo trivial y lo fundamental', por Jorge Wagensberg en El País

martes, diciembre 14, 2010

La noche de los mil toques


Old Trafford, Manchester, norte de Inglaterra. 29 de abril de 2008. El FC Barcelona se presenta en el feudo de los diablos rojos buscando la clasificación para la final de la Champions League en Moscú, con el 0-0 del partido de ida en el Camp Nou, que aporta esperanza y miedo a partes iguales. El equipo sabe que afronta la última oportunidad: ha perdido la Liga 2006-2007 en la última jornada, con los goles postreros de Tamudo y Van Nistelrooy como símbolos de una derrota anunciada. No tiene opciones en la campaña 2007-2008 y los jugadores están irreconocibles. Saltan al Teatro de los Sueños Valdés, Zambrotta, Puyol, Milito, Abidal, Touré Yayá, Xavi, Deco, Messi, Iniesta y Eto’o. También jugó Henry. Y Bojan. Al United le faltaron Vidic y Rooney, y no fue el mejor partido de las respectivas carreras de Cristiano Ronaldo y Tévez. Todo dio absolutamente igual. Un disparo de Paul Scholes en el primer cuarto del partido dejó sin reacción al equipo azulgrana, que coronó su decadencia con el paradigma del toque inútil, del balonmano fuera de su hábitat natural, de la incapacidad de un entrenador, Rijkaard, para obtener algo más que desidia de un grupo de futbolistas campeones de todo no hacía tanto. Del dolor por la pérdida en el camino de Ronaldinho. Del sufrimiento de ver a Messi contra todos.


He recordado esto pensando hoy en cómo expresar lo visto el domingo en el Camp Nou y leyendo a Martí Perarnau la palabra ‘balonmano’. Aquel partido fue el mejor ejemplo de la diferencia entre comodidad y competitividad en el fútbol, en ambos casos, con el balón de por medio. Tocar y tocar sin avanzar, sin desmarque, siempre al pie, en ausencia de ritmo, de un lado para otro como diciendo “yo no voy a perder el balón que ya estoy bastante retratado, tú verás qué haces con él”. Así terminó el Barça pre Guardiola, mientras que ahora es un equipo dañino y vistoso al mismo tiempo, que toca y toca (sí, otra vez) para divertirse pero sin dejar de buscar la portería, que no regala un centro al área porque prefiere dedicar otro medio minuto a preparar una mejor opción, que tira una pared en el área pequeña no por barroquismo sino porque es la idea principal y se ejecuta por todo el campo, que tiene a Valdés, Puyol, Abidal y Mascherano esforzándose por sacar el balón jugado pese a sus limitaciones, que lucha por ser plenamente consciente de lo mágico del momento actual porque, como bien sabemos, ni siempre fue así en el pasado ni el futuro es predecible ni seguro.

Ante la Real Sociedad, el Barça contabilizó casi mil toques de pelota, supongo que cifra récord desde 2006 en que se empezó a medir. Como estadística, como casi todas, no dice nada si no está contextualizada. Y en el caso azulgrana, no hay nada frívolo, pasivo ni complaciente en ella. Xavi y Messi ya sabían tocar el balón. Iniesta ya era así de bueno y a Puyol nadie tiene que enseñarle a defender un balón o la camiseta, lo que toque. Pero quizá todos ellos necesitaban sentirse partícipes de algo más, de una ilusión coral más allá del mero ejercicio de un deporte, de saber que su influencia ya va más allá de un resultado, de plasmar en noventa minutos de un partido liguero perdido en un mes de diciembre cualquiera el trabajo de más de veinte años de mucha gente, de hacer sentir como propias las ilusiones adolescentes de centenares de chavales que pasaron por La Masía, de no dar importancia a quién gana un Balón de Oro sino concedérselo íntimamente a una idea en lugar de a una persona. Guardiola y la generación reencontrada lo han conseguido.

Escrito originalmente para FCBWiki Blog

viernes, diciembre 10, 2010

Un genio en acción


El preámbulo a la elección de los mejores jugadores del año refuerza la idea del ciclo feliz que atraviesa el Barça, el mejor de su centenaria historia. Xavi, Iniesta y Messi representan no sólo el éxito del equipo sino la perfecta definición de un método singular. Cuando se suponía que la sentencia Bosman evitaría a los grandes clubes el trabajo de cantera -y eso es lo que ha ocurrido en la mayoría de los casos- el Barça ha decidido profundizar más que nunca en la formación de sus jugadores, una extravagancia genial que tiene muchos padres, pero ninguno más convencido que Pep Guardiola.

Hace dos semanas, el Barça goleó al Real Madrid en una de las actuaciones más impresionantes que se recuerdan. Ocho titulares habían pasado en un momento u otro por las categorías inferiores del club: Víctor Valdés, Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta, Busquets, Pedro y Messi. Dos más terminaron el partido: Bojan y Jeffren. Esta cifra representa la radical visión de Guardiola, el técnico que más y mejor ha interiorizado la idea de un club propulsado por la cantera.

El efecto ha sido formidable para el Barça y también para el fútbol español, extraordinariamente reforzado por la más que considerable contribución de los jugadores azulgrana a los éxitos de España. No se puede relatar la reciente aventura de la selección sin atribuir el máximo protagonismo al Barça, a sus futbolistas y al estilo que le ha hecho famoso. Ni los banderizos más cerriles pueden negar esta evidencia.

Hace poco más de dos años, Guardiola fue designado entrenador de un equipo que había terminado a 18 puntos del Madrid, ganador de la Liga en 2007 y 2008. Si no era el comienzo de un ciclo madridista, lo parecía. Al Barça no le faltaban grandes jugadores, pero el centro de gravedad no radicaba en los pata negra de la cantera. Era el equipo de Ronaldinho, Eto'o, Deco, Márquez y Henry. Un equipo que caminaba a la autodestrucción.

En la conquista de la Copa de Europa de 2006, en el Barça sólo tres jugadores representaron el producto Masía: Valdés, Oleguer y Puyol. Es cierto que Xavi y Messi en el proceso final de recuperación de sus lesiones, pero también resulta significativo que Iniesta -22 años entonces y ahora posible ganador del Balón de Oro- fuera suplente en una alineación que presentaba como titulares a Edmilson, Van Bommel, Deco y Giuly.

Los méritos de Guardiola son enormes. Su equipo ha ganado ocho títulos en dos temporadas y la actual edición del Barça parece más engrasada que nunca. Juega maravillosamente y gana casi siempre. Sin embargo, conviene recordar la audacia de un entrenador que cambió el eje del equipo. El Barça de Ronaldinho, Deco, Eto'o y Henry se ha convertido en apenas dos años en el equipo de Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta y Messi.

¿Cómo es posible que la sustracción de estrellas mundiales por la adición de jugadores de la cantera haya tenido esta clase de éxito? Sólo hay una respuesta posible, la radical propuesta de Guardiola, el entrenador que hizo definitivamente titular a Iniesta, que evitó la limitación de Messi como extraordinario pero simple extremo, que reconoció a Xavi como figura decisiva del equipo y que propulsó a la titularidad a Piqué, Busquets y Pedro.

Produce vértigo pensar en los cambios que se han producido en el Barça en tan poco tiempo. No es un cambio natural, es la obra de un genio capital para su club y para el fútbol español.

Santiago Segurola en la edición impresa de Marca, 10-12-2010

El FCB, cómodo en el absolutismo


 En el Día Mundial de los Derechos Humanos, 10 de diciembre, el FC Barcelona anuncia un acuerdo de patrocinio con la Qatar Foundation para los próximos cinco años, con un beneficio aproximado de 30 millones € por temporada más bonus por títulos y otras variables. Visto que la FIFA ha concedido al país asiático el Mundial 2022, visto que Guardiola apoyó tal candidatura, visto que el Presidente Rosell tiene estupendas relaciones allí, el vicepresidente económico Xavier Faus ha anticipado el acuerdo de cara al próximo lunes en que se firmará oficialmente ante los medios (motivo oficial de las prisas de la rueda de prensa, la noticia de anoche de Jordi Borda y Catalunya Radio destapando el asunto. Motivo real, prepararse para las reacciones durante el fin de semana, sobre todo contra las encuestas desfavorables que comienzan a aparecer).

La Qatar Foundation se presenta como una organización sin ánimo de lucro que sin embargo puede permitirse un desembolso de esta magnitud sólo para darse a conocer. Puede ser que sus objetivos realmente sean educación, investigación científica y "desarrollo de la comunidad", y que en verdad colaboren con universidades, academias y programas de entrenamiento deportivo. Pero meter con calzador en la misma camiseta que UNICEF (estaría muy bien conocer la opinión de sus responsables, sobre todo acerca de que, según Faus, son "exactamente iguales como calidad de patrocinio") a una organización semidesconocida de un país con evidente déficit en, precisamente, los derechos humanos, no suena bien, sobre todo para ser la primera marca que en realidad lucirá el club en su, otrora, inmaculada camiseta.

lunes, diciembre 06, 2010

Guardiola


 Pep Guardiola ni es perfecto, ni intocable ni lo hace todo bien. Conviene dejarlo claro desde el principio para no ser acusado de una defensa acrítica del personaje. Sin embargo, en muchos estantes del fútbol español, se persiguen sus errores y se minimizan sus éxitos. El ridículo episodio del viaje a Pamplona ha supuesto como corolario la asunción definitiva de que Guardiola está por encima del bien y del mal y debe ser castigado.

La figura del actual entrenador azulgrana despertó dudas desde el principio de su carrera. Una traumática lesión en los isquiotibiales, cuando éstos aún no eran tan conocidos a nivel médico como en la actualidad, diez meses fuera de juego y una carrera en peligro de fin prematuro sólo salvada por la intuición del doctor Ramón Cugat y la sapiencia del especialista finlandés Sakari Orava, desembocaron en filtraciones lamentables, algunas incluso desde el propio FC Barcelona, que hablaban de homosexualidad e incluso SIDA. El control antidopaje positivo en Italia, en la época de Brescia, sirvió de combustible para reavivar las hogueras ávidas de carnaza. Por supuesto, la conclusión del proceso absolviendo a Guardiola por el Tribunal Nacional Antidopaje de Italia, dependiente del Comité Olímpico Italiano (CONI), organismo de cuya tolerancia cero puede dar fe por ejemplo el ciclista Alejandro Valverde, mereció mucha menos difusión. ¿Por qué?

Como futbolista, Guardiola era intervencionista, pesadísimo con rivales y árbitros, más aún desde que comenzó a llevar el brazalete de capitán. También, supongo que ahí coincidiremos todos, un gran talento y uno de los mejores centrocampistas de su época. Para el barcelonismo, ser equilibrado a la hora de juzgar a alguien que ha sido, sucesivamente, niño en La Masía, recogepelotas en el Camp Nou, capitán del filial, capitán del primer equipo, entrenador del filial, entrenador del primer equipo y portavoz in pectore mientras Rosell se dedica a practicar el género epistolar, con el número de títulos que componen su palmarés, resulta difícil. Es una figura que nació de Cruyff y que posiblemente le superará con el paso de los años en influencia para la institución. Actualmente, su comportamiento como imagen del club, en el banquillo y en las ruedas de prensa, proporciona un plus de categoría al fútbol español. Con errores como lo del Cristiano y la pelotita en la banda, con malos gestos como con Garrido y Solbakken, con días en que dice que no habla de los árbitros pero todos sabemos que sí lo hace, con una retórica excesiva para con los rivales, con actitud crédula e irreflexiva en el affaire Pamplona del sábado. Sí, con todo eso. Nadie es perfecto, y la tensión de un banquillo como el azulgrana hace el resto. Pero de ahí a anteponer esos detalles a sus maneras y buen gusto habituales media un abismo difícilmente abordable.

Tal y como están las cosas, lamentablemente es necesario comparar. Los hechos en valor absoluto adquieren otros matices cuando se contraponen. La propaganda periodística que vende y loa sin desmayo las aventuras y heroicidades de Mourinho mientra atiza a Guardiola sólo se pone en ridículo ante los ojos de los aficionados que puedan ir más allá del bipartidismo. Mourinho lleva tres meses en el Real Madrid, su trayectoria indica que no estará muchos años: es un profesional al que le gusta cambiar de proyecto a menudo, una persona cosmopolita que está en su derecho de hacerlo. También es un privilegio que Mourinho esté en la Liga BBVA, pero hay cosas que chirrían. El portugués lleva en el bolsillo las llaves de un club que ya existía antes de él. Y no hablo del aspecto deportivo, el cual debe dirigir de una manera que no se le permitió a Pellegrini (error resuelto por el Madrid), sino del acceso a las puertas que le permiten hacer lo que quiera, de que su comportamiento no tiene consecuencias. Mientras tanto, precisamente de eso es de lo que se acusa a Guardiola. La lupa que le escudriña busca rayos de sol para quemarle mientras Mourinho es “perseguido y fusilado”. Equidistancias que sonrojan.

En un fútbol como el nuestro, frecuentemente acosado por la mediocridad, la ausencia de referentes, el provincianismo y el cainismo más absolutos, Guardiola es a día de hoy una figura imprescindible. Con el peaje que en España parecen sujetos a pagar los ganadores, los educados o los que piensan diferente. Con la necesidad de que muchos busquen la palabra “fariseo” en el diccionario y aprendan de una vez su significado. Con sus defectos, sin la obligatoriedad de que todo el mundo le admire pero sí con la necesidad de que se le respete.

Rubén Uría en Eurosport - “De Guardiola a Segurola”

Escrito originalmente para Sportyou

martes, noviembre 30, 2010

La rareza y los mitos


Decía Guardiola el domingo que si FC Barcelona y Real Madrid jugaran un partido al cien por cien de sus respectivas capacidades, el resultado sería empate. Confirmaba un debate previo al clásico en que las virtudes de los dos gigantes son siempre resaltadas pero con una equidistancia normalmente injusta.

Mourinho colocó la defensa de cuatro valiente, muy adelantada, pero seguro que pronto empezó a recordar el partido de su Inter el año pasado en el Camp Nou en la liguilla de Champions; el medio campo no daba abasto, incapaz de contener la fórmula que se aplicó en el 2-6 y resulta aún hoy incurable: Messi bajando a recibir casi al centro del juego, formando un triángulo con Xavi e Iniesta que, directamente, no tiene defensa. Los tres son maravillosos por separado, la esencia de este deporte cuando se juntan. Balón, movimiento, inteligencia, talento.

Alonso y Khedira sin embargo parecieron asfixiados y pesados, condenados a perseguir sombras desde el primer minuto. No fue su culpa. Demasiadas vías de agua, sin la ayuda tampoco de Özil de quien no hubo noticias. No fue el Madrid un equipo agresivo ni pujante. Sorprendió, para mal. El Barça acertó a la segunda oportunidad de gol y las buenas réplicas iniciales al contrataque se desvanecieron con rapidez.

El dominio abrumador de la pelota tiene muchas virtudes, pero una muy eficaz es disminuir la confianza de tu rival mientras te persigue, golpe a golpe, pase a pase. El Madrid pareció quedar adormecido y sin capacidad de reacción. El cambio de Lass en el descanso sonó a un plan B que no quiso serlo. Tarde e inútil. Estaba entregado.

Cuando el fútbol jugado adquiere por fin el protagonismo, muchos de los tópicos que lo rodean se evaporan. Lástima que los buenos propósitos habituales tras los partidos también se esfumen. Si no, se comprendería mejor que es difícil comparar un proyecto real de tres años, más veinte de carga ideológica detrás, con un trabajo de tres meses. Que ningún entrenador descubre a un equipo sólido y sin fisuras defensivas en el tercio de una temporada. Que nadie es más importante que los que juegan. Que cuando los que juegan son de casa los clásicos sí cobran sentido. Que las portadas releídas tras dos o tres días dan vergüenza ajena. Que la propaganda ya no cuela.

El Barça es una rareza futbolística, una anomalía, una extravagancia, incluso. Eso de querer ganar pero preocuparse del cómo al mismo nivel. Ocho jugadores de élite de la cantera, fundamentalistas del balón y de una idea de que la que no quieren renunciar. No ceden, no dudan. Su estilo es minoritario y no es la única vía, no tiene que evangelizar ni gustar a todo el mundo, corre el riesgo de caer algún día en el dogma, pero, mientras tanto, se ha ganado el derecho a ser acreedor a un respeto en el presente mientras camina hacia la historia. Grandilocuencia. Merecida.

Xavi y su pelota - Lu Martín en El País

jueves, noviembre 25, 2010

Futbolización de la política

Por una vez, hay que celebrar que la política se haya impuesto al fútbol en un país en que política y fútbol están asociados desde que se conocieron. El presidente Montilla tomó la decisión de convocar elecciones un domingo en que el calendario señalaba Barcelona-Madrid. Algunos se lo afearon. Sin embargo, es una buena noticia que sea el fútbol el que cambie por la política y no viceversa. Efectivamente, el clásico será en lunes. Y no pasará nada. El partido despertará la misma expectación de siempre y generará las mismas toneladas de bla,bla, bla. Y, en cambio, se habrá evitado que Artur Mas tuviera que vivir diferida la noche de su vida porque, mientras salían los resultados, la atención de todos estuviera centrada en el campo de fútbol. A la política, la noche electoral y, al fútbol, una noche como cualquier otra. Las cosas en su sitio.

Artículo completo de Josep Ramoneda en El País

miércoles, noviembre 24, 2010

Todos a la cárcel

Ya tardaba el homenaje sincero de una gran entidad como el Real Madrid al maestro Luis García Berlanga, recientemente fallecido. Sin embargo, en lugar de una presencia institucional en el funeral o cualquier tipo de símbolo material, el equipo decidió anoche representar un fantástico vodevil de cinco minutos que hubiera hecho las delicias del director valenciano.

Con Dudek convertido en el mejor subsecretario inimaginable, Xabi Alonso amagando como los míticos requiebros de Agustín González y Ramos convirtiendo un inenarrable saque de puerta en el mejor desenlace, Mourinho, sus palmeros del banquillo y esos obedientes jugadores convirtieron una magnífica actuación futbolística en un verdadero esperpento.

Anoche decían en la radio, no recuerdo quién, que a Cristiano le insinuaron también participar del asunto y que mandó con cajas destempladas al banquillo. Bien hecho por el portugués, cuyas ansias de ganar, marcar goles y, en general, competir, en ocasiones parecen rabietas de chaval de patio de colegio pero que al menos son irrenunciables y no hacen prisioneros. Mientras tanto, Casillas hablaba de “vigilar al delantero peligroso que entraba por banda” como motivo de la reunión con Dudek.

El Real Madrid ha visitado en esta liguilla de Champions League San Siro y Amsterdam. De las dos plazas históricas del fútbol continental salió superior futbolísticamente y, en condiciones normales, debió marcharse aplaudido por la afición rival. No hubiera resultado extraño, lo mereció. Por contra, los tres dedos al viento en uno, la falta absoluta de deportividad y buen gusto, en el otro, lo impidieron. ¿Dos tarjetas amarillas merecen tal puesta en escena?

La corriente de que Mourinho tiene un comportamiento irreprochable y que está siendo perseguido surte efecto, creánme. Delirantes equidistancias con Guardiola sirven para no tener que reflexionar que un club centenario, el más laureado del fútbol mundial, ha vendido su alma por dos o tres años de buenos resultados. ¿También gustará que Diarra sea titular en el Camp Nou en lugar de Özil, como ya se filtra desde anoche? No se admiten ni cambios ni devoluciones.

sábado, noviembre 20, 2010

Almería vs FCB: Competir es un estado de ánimo

Competir en un campo de fútbol no depende exclusivamente del nombre y apellido de los futbolistas alineados. El propio FC Barcelona es un buen ejemplo, cuando en las temporadas 2006-2007 y 2007-2008, con Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta, Deco, Ronaldinho, Messi o Eto’o en plantilla, fueron incapaces de mantener la tensión competitiva que les había conducido a obtener dos Ligas BBVA y la Champions League de París sólo dos años antes.

Hoy, el Almeria de Lillo, con todos sus titulares, simplemente no lo hizo. Sobre el papel, en la pizarra, en las previas del diario, el 4-4-2 en rombo con el que inició el equipo andaluz el partido quedaba muy bien. Parecía solvente. Académico. Grupo junto, defensa adelantada, centrocampistas discutiendo el balón a los pequeños del Barça, laterales irrumpiendo por sorpresa y dos delanteros abastecidos por Corona desde la mediapunta. Pero cuando el balón comenzó a rodar, siempre entre los pies barcelonistas, el Almería fue un conjunto condenado, sin fe, sin deseo ni confianza en lo previsto en el vestuario, contemplativo, derrotado de antemano en espíritu y en actos, colaborando activamente en dos de los cinco goles que el campeón anotó en la primera mitad.

El Barcelona consiguió su sexta victoria consecutiva fuera de casa y batió el mejor arranque liguero de su historia (superando el inicio del equipo del triplete que tras tropezar con Numancia y Racing arrasó con todo), pero no  jugó mejor que en el Vicente Calderón o en San Mamés. Tocó como siempre, pero no necesitó forzar para alcanzar la portería, marcando goles casi sin querer. Sin embargo Messi, que no hace prisioneros, logró, con 23 años, anotar su gol número cien (sólo en Liga) con 23 años, desde aquella vaselina al Albacete que algún día, en unas décadas, se rememorará como el comienzo de algo muy grande. El centenario fue desde fuera del área, para variar, en una suerte que en general todos los delanteros barcelonistas deberían ejecutar con más frecuencia.


lunes, noviembre 15, 2010

La industria de la hostilidad

De los equipos que han pasado por el Camp Nou en los últimos tiempos, el Villarreal es el que más me ha gustado. El partido del sábado fue muy entretenido, porque los dos equipos jugaron para ganar y pensando en el público. Y porque, al final, y pese a la perseverante negligencia del árbitro, ganó el que más acertado estuvo y el que más presión ofensiva supo desplegar.
 
En algunos momentos, la velocidad del balón fue vertiginosa, anfetamínica, como si, a base de precisión y movilidad creativa, el Barça quisiera consagrar el rondo como tótem de geometría y perfección futbolística. ¿Que Nilmar marcó su gol con excesiva facilidad? Puede que sí, pero también hay que subrayar el mérito de su regate y su acierto a la hora de marcar (en algunos momentos, Nilmar, Bruno y Rossi parecían candidatos a jugar en el Barça). ¿Y qué me dicen de Abidal? Pletórico, generoso, corrigiendo a sus compañeros y ofreciéndose como apoyo en todas las líneas, incluso en las más torcidas. No se suele hablar mucho de él –o sólo cuando mete la pata–, pero el sábado se convirtió en una medida de superficie. Está la hectárea, el área y el abidal, que abarca un territorio mutante y variable casi infinito.

sábado, noviembre 13, 2010

La excepción azulgrana

Durante esta semana se ha iniciado un debate respecto a cómo será el fútbol del futuro, y las referencias de nuevo han sido Mourinho y Guardiola. Afortunadamente, este debate se ha establecido desde una posición muy didáctica. Los argumentos esgrimidos han sido bien razonados; lanzó al ruedo la cuestión Joaquín Caparrós y el testigo fue bien recogido por Santiago Segurola en su blog.

¿Qué tiene más futuro, el estilo de juego de Mourinho o el de Guardiola? Segurola, en un análisis aséptico, razona que la casi totalidad de equipos que aspiren a ganar realizarán un fútbol parecido al del técnico luso y que el Barcelona es y seguirá siendo una excepción. Una excepción que, como tal, cimienta con mayor seguridad sus principios. Que cuanto más muestra sus características peculiares, más jugadores del plantel aparecen con visos de ser jugadores del primer equipo.


Artículo completo de Joan Golobart en La Vanguardia

jueves, noviembre 11, 2010

Un futuro (Mourinho) y su excepción (Guardiola)


Joaquín Caparrós se refirió hace poco en Radio Marca a lo que considera el fútbol del futuro. En su opinión, se parecerá mucho al que practica el Real Madrid: veloz, directo, físico, sin tregua. La opinión de Caparrós reabre un viejo debate que no terminará jamás. Hace 20 años se dio por descontado que el juego desembocaría en la fórmula del célebre Milán de Sacchi. Aquel equipo significaba la exaltación táctica, atlética y técnica. Baresi dirigía la orquesta defensiva como si fuera Von Karajan con botas, los holandeses imponían una exuberancia que les permitía ganar en todos los terrenos y los inteligentes italianos –Ancelotti, Donadoni y Evani- cumplían con la necesaria cuota de astucia. Fue un equipo inolvidable que para algunos estaba destinado a cerrar el círculo perfecto del fútbol.
 
El Milán fue en su día heredero de otros equipos –algunos de ellos en las antípodas del pensamiento sacchiano- que también representaron el futuro con mayor o menor brevedad. El catenaccio, interpretado fundamentalmente por otro Milán, el de Nereo Rocco en los años 60, y perfeccionado mejor que nadie por Helenio Herrera en el Inter, significó la solución pragmática a la grandeur del Honved, la selección húngara, el Madrid de Di Stéfano y las grandes selecciones brasileñas a caballo de la década de las 50 y 60. Con el catenaccio, que coincidió en Argentina con la irrupción del cínico Estudiantes de Osvaldo Zubeldia, se declaró el final de una época romántica y el inicio de un periodo prosaico, pero práctico. Aquel momento inauguró uno de los muchos futuros a los que estaba destinado el fútbol.

Artículo completo de Santi Segurola en Marca.com

miércoles, noviembre 10, 2010

De repente Bale y Coentrao

El fútbol sonríe por la izquierda. Quizás la posición más improductiva de su historia, la de lateral izquierdo, ha topado con la generación espontánea de dos fenómenos que marcarán la próxima década y que decidieron coincidir en sus exhibiciones públicas en el mejor escaparate del mundo el pasado martes. Ya existían, la diferencia es que ahora todo el mundo lo sabe. Gareth Bale, galés de 21 años que juega en el Tottenham, y Fabio Coentrao, portugués de 22 que lo hace en el Benfica, son tan determinantes que son los amos de la banda, no laterales específicos.

Artículo completo de Ricard Torquemada en Mundo Deportivo.

martes, noviembre 09, 2010

FC Barcelona, el balón como portavoz


Hay ocasiones en las que, sabiendo que algo está mal, hacer justo lo contrario no implica necesariamente que el resultado sea positivo y satisfactorio. Eso es lo que está ocurriendo con la política de comunicación actual del FC Barcelona (y no por los excelentes profesionales que se ocupan de ella, sino por los contenidos que reciben). Cuando a Guardiola se le reprocha cierto tono engolado o se reflexiona sobre una excesiva modestia en su discurso, quizá con parte de razón, también hay que contextualizar los motivos de esas maneras. Él en sus ruedas de prensa y los futbolistas con el balón, todos los del césped, vamos, se están viendo obligados a representar al club, porque desde los despachos no lo están haciendo. No creo que el equipo esté sosteniendo al club como en otras épocas, pero sí está hablando (y muy bien, por cierto) por él.

Hemos pasado de la verborrea excesiva en los últimos días de Laporta, a la vacuidad más absoluta. No creo que se puede hablar de oscurantismo, sino de algo peor: hablar para no decir nada. Un buen ejemplo fue la comparecencia ayer del portavoz de la Junta, Toni Freixa, para (presuntamente) aportar información sobre la reunión del consejo celebrada por la tarde. Pocos periodistas en la sala de prensa del Camp Nou, la policía no es tonta. Sin embargo, se riza el rizo cuando a las 20.26 horas Freixa comparece, pide disculpas por el retraso (previsto inicio a las 20 horas) y comunica que la reunión continúa, por lo que no podrá ofrecer detalles de lo acordado, únicamente “de qué estamos tratando”.

Así, somera e incompleta descripción de temas tan importantes como la indefinida política para la aceptación de nuevos socios, la grada joven y el riesgo del regreso de los violentos, la agencia de viajes, la presentación de la cuestion de responsabilidad contra la directiva anterior. Aquí, lo que el club hace oficial en su página web al respecto, supongo a estas horas la reunión ya habrá terminado. Como el presidente Rosell por un lado espacia sus comparencias, por otro habla por sorpresa tras un partido, humildemente propongo el siguiente orden del día para el próximo comité de dirección, compuesto por información que será muy bien recibida por los socios y socias:

* Viagogo: esta empresa de internet, intermediaria de ticketing para todo tipo de eventos, está ofreciendo, como en las últimas tres temporadas, entradas para el FCB vs Real Madrid a precios entre 2500 y 400 €. Clubes como el Chelsea la tienen como patrocinador y colaborador, pero el caso del FCB es distinto, ya que para el clásico sólo se han puesto a la venta entradas para los socios sin abono, por lo tanto (en teoría) todas salen de esa partida. Como bien apuntan desde The Digital Garden, el presidente Rosell fue fundador y poseedor del 5% de la compañía; a día de hoy, ¿lo sigue siendo? Resultaría muy decepcionante utilizar el argumento para limitar las nuevas altas eso de que algunos socios se dan de alta y baja sólo para obtener entradas para las finales y al mismo tiempo permitir estas transacciones, aunque sea sólo por motivos de seguridad.

* “Cuarta Vía”: se continúa trabajando en una opción adicional para obtener la condición de socio sumada a las de menor de catorce años, familiar directo o ex-socio. La inmediatez con la que se cerró el proceso de nuevas altas requiere una respuesta igual de rápida, así como la prometida lista de espera para los abonos en internet, para los socios. No queda bien utilizar la segunda como coartada para la ausencia de la primera, descartando opciones sensatas como establecer un compromiso de permanencia para el acceso a los tickets.

* Grada Joven: si reunificar los grupos de animación implica el regreso de los Boixos Nois al Camp Nou (como ya ocurre en el Miniestadi), ¿el proyecto seguirá adelante?

* Auditoría laboral: resultado de la misma y ahorro para el club.

* Situación de plazos y desarrollo procesal de la presentación de la cuestión de confianza contra la directiva anterior.

* Agencia de viajes: antes de solucionar el tema para los socios, evaluar por qué el equipo viaja en un avión del Sporting de Braga o por qué los jugadores están insatisfechos con el hotel en que se les hospeda en Copenhague.

Honestamente, dar una rueda de prensa y sólo concretar un patrocinador para el fútbol sala, no es suficiente. Todo lo anterior redundará en la credibilidad y transparencia con las que la nueva Directiva inició su camino en la pasada Asamblea de compromisarios, y ayudará a que el nivel del club se iguale con los del pasto.

Reportaje en The New York Times sobre la situación económica y social del club

domingo, octubre 31, 2010

El Barça regresa al escaparate


En los cuatro primeros minutos del partido el FC Barcelona concentró todas sus virtudes, todas las características futbolísticas que le definen como equipo en una esencia irrefrenable hasta que obtuvo el gol. Sacó de centro, monopolizó el balón y se lanzó enfebrecido a recuperarlo a setenta metros de la portería de Valdés cuando lo perdió. La continuidad del juego era lineal incluso cuando un pase terminaba en pies de un jugador sevillista. Seguramente no volvió a crear peligro hasta el segundo gol en el 24', pero en la búsqueda ese tanto inicial, que también quiso sin éxito ante Hércules y Mallorca,  el equipo exhibió la demolición pública de un rival, más moral que incluso futbolística.

El Barça del triplete jugaba maravillosamente y además era muy contundente. Hoy jugó ese equipo, con los cambios de Villa por Eto'o y Pedro por Henry. La inclusión del canario, independientemente de sus rachas goleadoras, añade al engranaje azulgrana del medio campo una pieza más. Ya estaba el ancla posicional de Busquets, la sutileza y el conocimiento del juego de Xavi e Iniesta a las que se unen con cada vez más frecuencia los apoyos de Messi, descolgado para combinar y listo para arrancar hacia el gol. Pero Pedro colabora en todo. Defiende, abre huecos y ofrece desmarques, ayuda a que el ataque sea impredecible sobre todo posicionalmente. También participa como un centrocampista más cuando toca. Una inteligencia futbolística enorme, quien sabe si nativa de los campos de tercera división o si pulida por Guardiola. Mezca de ambas, quizá.

El actual Barça se explica en toda su amplitud en la manera en que ataca y juega el balón. Incluso para defender, como Guardiola reconocía en la rueda de prensa, argumentando que la presión adelantada es efectiva sólo cuando el equipo es corto y que ésto es a su vez consecuencia de asegurar los pases. Sólo Messi tiene licencia para conducir, por razones obvias. El resto continúa añadiendo brillo a un magnífico trabajo en cadena.

miércoles, octubre 20, 2010

AC Milan, el increíble equipo menguante


En 1986 Silvio Berlusconi ya había sido fundador de la logia secreta P-2 (Propaganda Due) y se ocupaba, con frenética efervescencia, en construir un imperio mediático que en pocos años le daría tanto rédito como para convertirse en primer ministro. Pero en Italia nada es tan sencillo de explicar como parece, y comprar un popular equipo de fútbol puede ser una buena idea para obtener prestigio y, sobre todo, protagonismo. Muchos multimillonarios árabes o estadounidenses se dan cuenta ahora; Berlusconi, las cosas como son, lo hizo hace veinticuatro años.

Por entonces, el AC Milan visitaba la serie B, a veces por méritos (deméritos) deportivos, a veces por escándalos como el Totonero. Berlusconi aportó dinero pero, sobre todo, la obligación de profesionalidad y una innegable audacia futbolística: en 1987 entregó la dirección deportiva del equipo a un semidesconocido entrenador que sorprendía al calcio con sus tácticas de pressing y fuera de juego agresivo en el Parma, llamado Arrigo Sacchi. Los inicios no fueron fáciles, eliminación en la Copa de la UEFA por el RCD Español de Javi Clemente o la pesadilla bajo la niebla de Belgrado incluídas, pero en esa primera temporada el equipo le ganaba el scudetto al Napoli de Maradona e iniciaba una tiránica dominación sobre todo en Europa, ganando el máximo título continental en 1989 y 1990 con un equipo irrepetible.

A partir de 1991 Fabio Capello aportó continuidad al trabajo de Sacchi. Quizá no innovó como su precedesor, pero la cosecha de títulos fue irreprochable, recuperando la hegemonía en Italia con las ligas del 92, 93, 94 y 96, y contribuyendo de manera ya definitiva a incluir al club en la élite europea con la Champions League de 1994. Aquel triunfo, por lo que supuso, el fin del orgulloso Barça de Johan Cruyff (y cómo, con aquel brutal 4-0 en Atenas), y la siguiente final, esta vez perdida ante el emergente Ajax de Van Gaal, culminaron diez años de impecable progresión y excelencia futbolística.

Uno de los mejores legados que dejó esta etapa a los siguientes ocupantes del vestuario milanista fue la metodología en el trabajo táctico y físico, concretándose en 2002 con la creación del Milan Lab. Jugadores como Maldini y Costacurta alargaron sus carreras hasta los límites de la edad y el club se mantuvo regularmente en la élite con Carlo Ancelotti en el banquillo. Ocho temporadas de Carletto, con incesantes rumores según avanzaban los años de "consejos", "recomendaciones", "opiniones" de Berlusconi (verbalizadas a través de Galliani o directamente por el propio Silvio) al respeto de la parcela deportiva: alineaciones, tácticas y, sobre todo, fichajes. Ancelotti se cansa en 2009 y se marcha al Chelsea. Leonardo le sustituye pero topa con las mismas rémoras. El virus está inoculado.

La metodología científica da paso a la intuición más populista. Jugadores en plena decadencia como Ronaldinho, Zambrotta o Nesta, veteranos con dignidad pero sin capacidad competitiva contínua como Seedorf, Pirlo o Gattuso, fichajes discutibles como Robinho e Ibrahimovic pasan a formar la columna vertebral del equipo. El Milan pierde sus referentes. Volvemos al principio del post, en el que hablábamos de que en Italia "no hay verdad", como escribía Leonardo Sciascia, citado por Enric González en su reciente Historias de Roma. En los cafés de Milan se discute sobre si los fichajes, si los mediáticos pero ya poco resolutivos actuales futbolistas del equipo sólo sirven como escaparate, como opio para pueblo pensando en las próximas elecciones a la República donde don Silvio aspira a la reelección. Quizá. Desde luego la imagen ofrecida ayer por el once de Allegri invitan a creérselo. La temporada pasada el Milan ganó 2-3 en el Bernábeu dando una imagen regular y una impresión inconsistente. Pato tuvo su noche y lo aprovecharon. Ayer fue aún peor. Una de las jugadas paradigmáticas del partido fue ese contragolpe mal terminado por Di María en el que cinco futbolistas del Madrid llegan al área ante la oposición de solo dos defensores rossoneri. Sacrilegio para cualquier equipo puntero, ya no digamos italiano e impensable si recordamos a unos caballeros llamados Franco Baresi y Paolo Maldini.

El programa Fiebre Maldini ofrecía el lunes imágenes de cómo se estructuraba este Milan ante el Chievo en el partido del fin de semana; los tres delanteros inmóviles en medio campo, Seedorf y Pirlo sólo ocupando posiciones (que no defendiéndolas), Gattuso corriendo mientras le dan los pulmones y los cuatro defensas solos ante el peligro. Imposible competir si el ritmo es medianamente elevado. Cada equipo histórico del fútbol europeo tiene un pasado aprovechable, más o menos cercano en el tiempo, y es lo mejor a lo que agarrarse cuando se pierde pujanza o no se adivina la siguiente decisión. El Milan lo tiene reciente. O lo recupera o continuará dejándose su bien ganado prestigio a paladas como anoche en Chamartín.

lunes, octubre 18, 2010

¿Quién gana los títulos?



Por supuesto, las victorias son mérito de todos los miembros de un club de fútbol. Desde el presidente hasta los fisioterapeutas. Pero, ¿en qué porcentaje, con qué cuota? Esta mañana, Joan Laporta y Joan Olivé han insistido en el calificativo de "impecable" para referirse a las cuentas de la última temporada de su gestión al tiempo que han justificado gran parte de los gastos excesivos en "representación" destacados por la auditoría preventiva encargada por la nueva Junta por los magníficos resultados deportivos obtenidos y los títulos ganados. Cambian cuentas muy dudosas por certezas en victorias antes de jugar los partidos.


En muchas ocasiones, y en el FC Barcelona muy a menudo, en el fútbol los focos se distraen y suben desde el césped hacia el palco. El período 2003-2010 ha resultado el más satisfactorio de la historia del club, tanto a nivel de crecimiento de ingresos, como futbolístico y de títulos: cuatro Ligas. dos Champions Leagues, el Mundial de clubes, entre otros. Pero la inmodestia de Laporta y los suyos resultan palpables. Su mandato tuvo aciertos, errores y casualidades, como en todos los equipos. Hablemos términos deportivos, como han defendido ellos como mayor logro.

En 2003 Laporta y su directiva (Sandro Rosell como vicepresidente deportivo) recién elegida fichan a Frank Rijkaard como entrenador, tras no ponerse de acuerdo, por diferentes motivos, con Guus Hiddink y Ronald Koeman. Buscan a Beckham para terminar fichando a Ronaldinho. No concretan las recomendaciones de Johan Cruyff de fichar a Albelda, Aimar y Ayala. El equipo no funciona hasta la segunda vuelta, coincidiendo con la llegada de Edgar Davids, el cambio de sistema de Rikaard al 4-3-3. Se dice que Rosell quiso despedir a Rijkaard y cambiarlo por Scolari. El equipo reacciona, gana el el Bernabéu y edifica lo que vendrá en los siguentes años.

En el período 2004-2006, guiado por el mejor momento en la carrera de Ronaldinho, el FCB gana dos Ligas y reina en París. Se acierta con fichajes como los de Eto'o y Deco, también Giuly, Belletti o Larsson, aunque se traen otros menos relevantes como Edmilson y Van Bommel. Davids no renueva pero el libreto está aprendido. Rijkaard sube al primer equipo y da minutos a Messi. Puyol y Valdés son indiscutibles. Oleguer y Márquez forman junto con el capitán un gran triángulo defensivo. Se duda de Xavi y no se apuesta por la titularidad de Iniesta.

Tras la victoria en París, el Decosistema. Ya sin Rosell en el club, ni Laporta, ni Txiki, ni Rijkaard, ni los jugadores de casa en el propio vestuario son capaces de evitar que el proyecto caiga en la molicie tras sólo dos temporadas. Eto'o en Vilafranca, Ronaldinho en el gimnasio. En la 2006-2007 aún se guardan las formas con disimulo, en la 2007-2008 se desprecia la Liga y se cae en Old Trafford sin honor. Zambrotta y Thuram fuera de órbita sin Moggi. Laporta se enfrenta a una moción de censura, el 60% de los votantes la apoyan pero no es suficiente para llegar a los dos tercios de votos necesarios según los estatutos del club.

En el inicio del verano de 2008, Marc Ingla, nuevo máximo responsable deportivo, y Beguiristáin se entrevistan con Mourinho. Deciden no aportar por el portugués y Pep Guardiola es el elegido para suceder a Rijkaard. La apuesta por la cantera y por el balón se radicalizan, en el buen sentido. Pedro y Busquets cambian el banquillo de la tercera división por la élite mundial. Piqué es repescado. Deco y Ronaldinho purgados, como después lo seria Eto'o. Messi recoge el '10' y se convierte en el mejor jugador del mundo. El resto, historia conocida por todos: ocho títulos y el mejor fútbol visto en años.

Si repasamos todo lo anterior, las culpas y méritos son repartidos. Si nos centramos en 2009, con los seis títulos, difícil y atrevido es otorgarle mérito a alguien más que a Guardiola, Vilanova y los futbolistas. Como casi siempre en la centenaria historia del club, los directivos han hecho todo lo posible por perturbar a los jugadores, como si éstos no fueran capaces de hacerlo ellos solitos. En realidad, para qué discutir, cuando alguien lo expresa de tal manera en que ni presidentes, ni directores generales ni entrenadores sirven para nada; el señor Ibrahimovic hoy entrevistado en El País: "En el Barça, cualquiera puede ser entrenador. Cualquiera puede entrenar a un equipo con esos 22 jugadores. Para mí, incluso, no sería difícil hacerlo. Dicen que han ganado seis títulos, pero ¿quién no lo haría con ese equipo?" Al final, los aplausos para quien más los merece:  los cocineros/as de la residencia de La Masía y los médicos de Messi.

sábado, octubre 16, 2010

El FCB aprovecha su oportunidad

Más de mil socios compromisarios presentes en la Asamblea (récord de asistencia) otorgando por una vez un poder de decisión real al teórico órgano de máxima representación del FC Barcelona. Un debate de opinión de buen nivel, carente de insultos y sectarismo, al respecto de si ejercer o no una acción social de responsabilidad contra la directiva anterior por sus inaceptables niveles de gasto reflejados en una auditoria. Un Presidente, Sandro Rosell, que aportó argumentos a favor (su opción) pero también en contra resaltando los matices de una decisión importante, que pidió a los socios reflexión antes de la votación y respeto al resultado al tiempo que se abstenía, una Junta Directiva con libertad de voto.

La Asamblea de socios compromisarios empujó hoy al FCB a entrar en la modernidad, realizando un ejercicio democrático en un mundo tan arcaico y de tanta regla no escrita como es el fútbol español. Un club que en el mejor momento deportivo de su historia es capaz de no entregarse a la complacencia del éxito, de no recrearse en el halago y de reconocer que, el que fue en su día (año 2003) presidente más votado de la centenaria historia del club, Joan Laporta, impulsor del exitoso actual equipo o del acuerdo con UNICEF, había sido incapaz de contenerse abusando financieramente de los recursos del club, demuestra encontrarse socialmente muy maduro y listo para afrontar las nuevas realidades que necesite afrontar. Lo más difícil en el fútbol es, en la cumbre, mirar hacia abajo y no perder la perspectiva. Saber que alcanzar el éxito es relativamente fácil, pero que merecerlo no lo es tanto. Adquirir conciencia de que los éxitos en el césped no suelen ser por casualidad, aquello que expresó bien Ferrán Soriano de que "la pelota no entra por azar".

Los términos "fractura", "división", "cainismo", ese entorno incendiario que siempre ha caracterizado al club y que históricamente ha amenazado con devorarlo, están al acecho y ya en boca de muchos. Quizá olvidamos que hace sólo dos años un 60% de la masa social azulgrana ya votó en contra de Laporta en la moción de censura, y lo hizo por el comportamiento del por entonces Presidente, por la inadecuada representación que realizaba el club, sin saber nada de los datos económicos revelados hoy. Meses más tarde Guardiola (elegido por Laporta, por supuesto ha de reconocerse) y los futbolistas cogieron la riendas del club y comenzó el coleccionismo de títulos, con la coronación en Roma y Abu Dhabi.

El FCB no es una asociación con ánimo de lucro. Como decía un socio, no se espera obtener reparto de dividendos. De ahí a consentir que un pequeño grupo de personas se apodere de las finanzas del club, además de manera absolutamente consciente desde el momento en que contratan una póliza que les cubra la retirada, media un abismo. Ahora mismo, en una decisión que la actual Junta deberá replantearse, no caben más socios en el FCB. La buena noticia es que hoy, los que son y los que representaron como compromisarios al resto, tanto los que votaron una cosa como la otra, fueron muy dignos merecedores de tal condición.

jueves, octubre 14, 2010

Rosell se queda con las llaves


El padre de Sandro Rosell, Jaume Rosell, fue gerente del FC Barcelona durante dos temporadas en la etapa de Agustí Montal como presidente. Como sabemos, Sandro fue directivo con Laporta en el período 2003-2005 y es el actual y más votado de la historia rector principal del club. El actual vicepresidente del Área Social, Jordi Cardoner, es nieto del insigne Nicolau Casaus, verdadero representante del barcelonismo durante décadas. Es el socio nº 6623 y era descrito en la campaña electoral como 'Especialista en gestión empresarial y en el entramado social y asociativo del FC Barcelona'.

Bien, pues semejante currículum afectivo por la causa barcelonista no parece haberles servido lo más mínimo. En una decisión sin precedentes y torpemente justificada, la nueva Directiva ha decidido limitar la adquisición de la condición de socio del club al parentesco directo con un miembro ya existente o a ser ex-socio (aparte de los menoresde catorce años). Cardoner habló en la rueda de prensa de "vinculación con la tierra", "socios que entran y salen", "histórico miedo catalán al ridículo" y se congratuló de que el 'Gran Repte', campaña puesta en marcha en 2003 para la captación de socios, "afortunadamente" no había cumplido su objetivo de alcanzar el millón de nuevos asociados. Curiosamente, ninguna de estas frases aparece citada en la noticia difundida por los medios oficiales del club, como la página web.

Sin embargo, durante los primeros días de julio, recien tomada la posesión de la nueva Junta, publicaban que el número de socios había aumentado un 6% y que la cifra "consolidaba al Barça como el club con el mayor número de socio del mundo". No parecía un problema. Como tampoco cuando, sólo hace unos días, el vicepresidente Cardoner calificaba en Sport a las Penyes del club como "un pub inglés, si no te atreves no entras. Que nadie tenga miedo porque vamos a luchar para que lsean más abiertas", al tiempo que se felicitaba por el barcelonismo de fuera de Catalunya con esta declaración de intenciones: "Cuantos más barcelonistas haya en el resto del estado Español, más fácil será que se entienda el hecho diferencial catalán. Muchos están en tierra hostil y son los primeros que buscan argumentos para defender Catalunya y a los catalanes. No permiten que nos falten al respeto".

Sorprendente. La modificación del sistema de acceso a la pertenencia del club estaba en el programa electoral de Rosell y compañia, hoy Cardoner lo definía como "una promesa". Bien, repasando dicho programa, comprobamos que se hablaba de un "crecimiento sostenible" de la masa social y se explicaba así:  "Si queremos que los socios puedan recibir más y mejores servicios tenemos que regular la entrada de nuevos socios con el empeño de que el crecimiento no sea sólo cuantitativo sino también cualitativo en servicios, atenciones y contraprestaciones. Algunas de las acciones concretas que pretendemos poner en marcha de manera inmediata hacen referencia a que los socios sin asiento puedan acceder de forma prioritaria a más entradas y más descuentos, y que las listas de espera para poder optar a los abonos sean accesibles y abiertas a todos los socios". Honestamente, resulta ambiguo si lo comparamos con un cierre fulminante de las nuevas altas, sin previo aviso y sin respuesta, en la rueda de prensa, a la pregunta "¿Cuál es el número exacto de socios del club, a día de hoy"?

Hoy, muchos de los barcelonistas de todo el mundo, leídos y conocedores de la gestación y de la historia del club, de su carácter catalanista y comprometido con las libertades civiles en tiempos difíciles, orgullosos de tal condición pero al mismo tiempo conocedores de su vocación plural e internacional, están avergonzados. Su presidente, aquel que repetía "No os fallaré", ha dado un portazo y se permite decidir quién merece ser socio del club y quién no. El próximo sábado, en la Asamblea, escucharemos de nuevo el tópico de los dueños del club...

miércoles, octubre 13, 2010

Síntomas del virus Fifa para la jornada 7


Terminada la doble jornada internacional (europea y para Brasil, simple para Argentina), así llegarán los titulares de Real Madrid y FC Barcelona a la jornada liguera del próximo sábado (Barça vs Valencia a las 20.00 horas, el equipo blanco en Málaga a las 22 horas).

Real Madrid

Casillas (180' jugados, los dos partidos completos), Ramos (180), Pepe (180), Carvalho (180), Marcelo (0, no convocado), Khedira (180), Xabi Alonso (90', no jugó el España vs Lituania por un proceso febril), Özil (168), Di María (sólo 7' en el Japón vs Argentina), Cristiano Ronaldo (180') e Higuaín (57').

Mahamadou Diarra también tuvo compromiso con Mali y Benzemá disputó 150' en dos partidos titular con Francia. Canales convocado con la doble cita de la sub 21, sólo participó en la ida España vs Croacia en Salamanca.

Consecuencias (aparte del desgaste normal y los viajes): molestias en tobillo de Sergio Ramos.


FC Barcelona

Valdés (0), Alves (180), Piqué (180), Puyol (180), Abidal (0, no convocado), Busquets (179), Xavi (0, no convocado por lesión), Iniesta (180), Pedro (0, no convocado por lesión), Villa (166), Messi (90).

Bojan acumula 140' con la sub 21, Thiago titular ambos partidos también, Milito y Mascherano jugaron los 90' del Japón vs Argentina, Adriano 45' en el Ucrania vs Brasil, sin el "alta médica oficial" de los servicios sanitarios del club.

Consecuencias (aparte del desgaste normal y los viajes): Milito tuvo que retirarse con molestias en los isquiotibiales tras el último entrenamiento. Villa molestias en el tendón rotuliano, duda para el partido, más pruebas esta tarde. Xavi, obligado a parar tras la ausencia de pretemporada por molestias serias en los tendones de Aquiles recibe recomendación del doctor Cugat de esperar para volver, duda también para el partido. Pedro descartado.

Revisados los datos, ¿llegará el momento, en forma de titularidad, de Albiol, Granero, Pedro León en un bando, Maxwell, Keita en el otro? Importante destacar que, aparte de las jornadas de Liga, los próximos cuatro martes/miércoles también se jugarán partidos, dos de Champions League, dos de la Copa del Rey.

El rendimiento de ambos equipos indiscutiblemente disminuye tras los parones de selecciones, combinación de fatiga física y mental. En esta ocasión, los tropiezos ante Mallorca y Hércules y la entidad del rival no le permiten al Barça respiro. El Madrid, por su parte, no fue capaz de ganar en Málaga en la última jornada de la pasada temporada, cuando aún aspiraba al título. Mourinho y Guardiola concedieron el fin de semana libre a los pocos jugadores que les quedaron disponibles. Ahora toca realizar equilibrismos para confeccionar las alineaciones y, con perdón, rezar para que no lleguen las lesiones musculares...en más número aún. Las cifras referidas en este post, en los jugadores que forman la base de ambos equipos, no invitan al optimismo.

Foto: Chema Rey / Marca

lunes, octubre 04, 2010

¿Un Barça dogmático del estilo?



Mal resultado. En casa y siendo reincidentes tras la derrota ante el Hércules. Previo a dos semanas sin fútbol doméstico por la nueva entrega del virus FIFA. Entorno deprimido y en combustión a partes iguales. Entre todas las excusas, justificaciones, motivos o percepciones, una me ha resultado particularmente interesante, y que resumo en "El Barça no sabe jugar de otra manera". Martí Perarnau lo explica mucho mejor que yo en su blog y en El Periódico de Cataluña de hoy.


Sin retroceder a 1988 y a la llegada de Cruyff al banquillo azulgrana, el actual Barcelona, élite absoluta del fútbol mundial durante las dos últimas temporadas, tanto en juego como en resultados, navega a lomos de una cohesión absoluta de ideas de puertas del vestuario hacia dentro. Podemos hablar hasta el próximo amanecer Rosell, Laporta, Zubizarreta o del sexo de los ángeles. Pero, si se está atento y se escucha a los jugadores barcelonistas, se advierte a la primera que usan el mismo lenguaje que su entrenador. Xavi, durante toda la temporada pasada. Piqué ayer tras el partido, sin ir más lejos, cabreado consigo mismo por no acertar en dos o tres jugadas claras de gol de las que dispuso y compartiendo lo que Guardiola había declarado en la rueda de prensa: "Teníamos que haber ganado y no lo hicimos, no hay excusas". Puyol, con un lenguaje menos suelto pero con la misma fe. Messi, sutilmente mostrando en el campo que el egoísmo de Ibrahimovic no ayudaba. De Iniesta ni hablamos, sigue viendo a Pep como el ídolo de póster en la habitación de un niño: "Si queréis más títulos, que el míster siga más años", gritó en la celebración de la última Liga antes de entregarse a la cerveza y a la exaltación de Fuentealbilla.

Hoy ya se pueden leer comparaciones de la actual apuesta por la cantera con aquel equipo con el que Cruyff fracasó: Escaich, Sánchez Jara, José Mari, Eskurza, Korneiev. No llegaron para ser titulares y Núñez había cerrado el grifo. En el fondo de ese debate, otra aseveración: "El error de Guardiola es que cree que cualquiera puede jugar, y la plantilla es demasiado corta". Thiago y Nolito ayer participaron muchísimo en los minutos de los que disfrutaron, cuando Messi e Iniesta, imperiales en la primera parte, se quedaron sin aire y sin ideas perplejos por no haber sentenciado antes el resultado. ¿Quién puede aventurar que Thiago en dos-tres años no puede explotar en un centrocampista total? Más bien todo lo contrario, como ocurrió con los casos de Sergio Busquets y de Pedro: no hace tanto que eran suplentes en tercera división, dos años.

¿Qué tal encajaría Xabi Alonso como mediocentro de este Barça viendo su exhibición anoche en el Bernabéu? A las mil maravillas. Mascherano ayer dio un recital defensivo cortando jugadas, mejorará en el pase. Touré Yayá ha regresado en el City a su posición original en su carrera casi como mediapunta y en Barcelona nadie discutía su categoría como mediocentro e incluso central.

El fútbol maneja plazos y discusiones inconcebibles, eso sí, siempre originadas en el resultado. Si ayer dos o tres jugadas del FCB acaban en gol hoy la comidilla sería otra, sin duda. Dentro del debate de los goles encajados a balón parado, Guardiola pidió la semana pasada un plazo de 19 ó 20 partidos para evaluar si estaban recibiendo más que el año pasado (seis contra cuatro, escribo de memoria). La primera vuelta para reflexionar y juzgar, qué menos. Las reflexiones tras cada partido son lógicas, obligadas, a todos nos encantan. Pero necesitan perspectiva, tanto hacia el pasado más cercano como hacia el futuro inmediato de la temporada. Lo que sí es preocupante para el equipo es la imagen deslavaza, agónica, desesperada de los últimos minutos. Hacía mucho tiempo que el Barça no terminaba un partido tan roto, sin llegar a los balones divididos, fundido físicamente como reconoció incluso Laudrup en rueda de prensa. Ansiedad o intolerancia a la frustración de un mal resultado.

El Barcelona, con su entrenador y jugadores más representativos como estandartes, son dogmáticos en su forma de jugar. Por supuesto que existen otras maneras de hacerlo, respetables al máximo. Pero Iniesta no es Essien, Villa no es Drogba, Messi no es Cristiano ni Piqué juega como Vidic. Creen en ella a ciegas, persistirán. ¿Cómo no iban a hacerlo con todo lo ganado y disfrutado? Por eso mismo, deben estar mejor preparados (sobre todo mentalmente) para partidos como los de este inicio de temporada, para rivales que viven colgados del larguero, que regalen la pelota o que aprovechen sus saques de esquina. Deben prestar atención en la definición y no recrearse. Mentalizarse de que todos los días el rival es el Rubin Kazan igual no es mala idea. Y si hay que ser intransigente, incluso fanático, que sea con la belleza de un estilo. Tiempo habrá de dudar y cambiar cuando Xavi, Messi o Iniestra sean venerables ancianitos en el palco como los genios del Barça de les Cinc Copes y se les homenajee dentro de cincuenta años por todo los que aportaron a una época histórica del club y del fútbol en general.

John Carlin en El País - 'Mourinho contra el catolicismo culé'

viernes, septiembre 24, 2010

Liverpool FC , 21 años de vejez


Desde 1990 no gana la Liga inglesa (Premier League al inicio de la temporada 1992/1993) el Liverpool FC. Por aquel entonces, Kenny Dalglish ocupaba el banquillo, el club aún se recuperaba de las tragedias de Heysel y Hillsborough y ni siquiera competía en Europa. Seguramente no eran los mejores días, pero el orgullo de Anfield eran los 18 títulos domésticos y las 4 Copas de Europa, palmarés insultantemente superior al de cualquier otro equipo de las Islas.

Desde entonces, subcampeonato en 1991, 2002 y 2009, pero sin opciones reales al triunfo, y durante y después, el abismo. En 21 años, el tiempo en que un bebé recién nacido alcanza la edad adulta, el Liverpool ha envejecido, su historía parece haberse detenido en el pasado con la fugaz excepción de Estambul, su presente es decepcionante y su futuro muy preocupante.

En apenas un mes de competición se han despedido, un año más, de la Premier (decimosexta posición pero ya a diez puntos del Chelsea), aún está vivo el bochorno de esta semana en la Carling Cup tras caer eliminados en casa por el modesto Northampton y esta temporada ni siquiera queda el consuelo de otro milagro en la Champions porque...ni siquiera la juegan. Roy Hodgson, sustituto de Benítez este verano, habla de salir de la tormenta pero apenas dispone de verdaderos remeros reales si exceptuamos a Torres y a Steve Gerrard, quien seguramente se pregunta cada noche por qué renovó el contrato y, además de dinero, qué está recibiendo a cambio de su fidelidad al rojo.

Dos décadas dan para mucho. Quizá en Anfield no han aprovechado el tiempo, pero ¿saben dónde sí lo han hecho, para escarnio de los creyentes de The Kop? Sí...allí. En los dominios de un escocés llamado Alex Ferguson que, casualmente, lleva en el banquillo del odiado Manchester United casi el mismo tiempo que dura la sequía liguera del Liverpool. Un poco más, de hecho. Ferguson llegó a Old Trafford en 1986. Aquella temporada el United acabó undécimo, sólo ganaron un partido fuera de casa...fue en Anfield, resultado que impidió a los locales revalidar el título 85/86. Fue el inicio de más de veinte años de tortura competitiva, de esclavitud de resultados y de inversión de una tendencia respecto al liderazgo del fútbol inglés; no sólo en victorias, sino en ingresos y en proyección mediática internacional.


Los aficionados de Liverpool se reían de Eric Cantona con pancartas que reivindicaban los 18 títulos, que en Manchester veían tan lejanos. Hoy, en 2010, el MUFC ya los ha alcanzado tras ganar 10 entorchados bajo el mandato de Ferguson, contribuyendo como nadie a la depresión que reina a una orilla del Mersey. Además, desde su privilegiada, casi despótica posición, Ferguson culpa a Benítez de la decadencia liverpooliana, más que a la situación social y/o financiera, y no le falta razón, viendo su trayectoria con perspectiva. Bastaría con repasar el listado de fichajes de Rafa. También históricos como John Toshack criticaron su trabajo y, quizá más importante, su incapacidad para comprender en qué club estaba. Es cierto que el equipo, los ocupantes del vestuario, no tira del club, pero tampoco al revés. El rechazo hacia los dueños Hicks y Gillett se generaliza, mientras ellos intentan deshacerse de su participación con la menor pérdida posible.



El Liverpool, seguramente el que fue el club que mejor encarnó las virtudes de los inventores del fútbol, el más influyente en cuanto a la creación de una cultura británica relacionada con este deporte, no camina hoy solo pero casi. Está desnaturalizado, sin referentes a los que agarrarse, sin un Bill Shankly al que girar la cabeza cuando vienen mal dadas. Figuras como la del legendario entrenador son únicas e irrepetibles; a lo que sí se puede y se debe recurrir es a su legado, al passing game, a la cultura de the boot room, esos pilares que sostienen un club cuando los resultados no llegan, sobre todo en tiempos de consumo rápido y de ausencia de memoria.

lunes, septiembre 20, 2010

Desprecio al fútbol

El fútbol es algo más que un deporte. Hoy día es un negocio gigantesco y al mismo tiempo una maquinaria que empaqueta sentimientos en una cadena de montaje y los sirve como producto listo para ser consumido de manera alegre y ociosa. Sin embargo, los altavoces mediáticos y los protagonistas continúan comportándose de manera interesada, irresponsable y casi amateur.

Los debates y reflexiones, por llamarlos de alguna manera, no se sitúan con perspectiva o al medio plazo. Sólo estallan cuando hechos concretos los traen a la actualidad. Uno de ellos es el recurrente reclamo de protección a los artistas del balón. Cuando Diawara, defensor del Marsella, caza la temporada pasada a Cristiano Ronaldo en el tobillo y le condena a meses de precaución y riesgo de recaídas constantes. Por supuesto, hoy, tras la infame entrada de Ujfalusi a Messi, que con suerte le dejará menos de un mes en la enfermería pero que pudo fracturarle fácilmente la articulación.

La tan cacareada protección sólo se invoca cuando interesa, según los colores y las camisetas a las que afecte.  Que jugadas como los pisotones sin balón de David Navarro o las groseras agresiones de Weligton en Málaga el año pasado quedaran sin castigo y sólo sirvieran para atizar discusiones partidistas y carentes de objetivos deportivos dice muy poco a favor de nuestro fútbol. Utilizamos el caso de Messi pero es válido cualquier otro ejemplo y con la camiseta que defienda el lector. Los hay a decenas.

Tendemos a culpar a los árbitros de la violencia. Yo me pregunto: ¿qué podía hacer esta tarde Fernández Borbalán para evitar que Ujfalusi perdiera por un momento su clondición de deportista? El partido se jugó bajo un ambiente eléctrico y apasionado, la afición del Atlético jugó su papel con un punto de exageración hacia el papel del colegiado, pero dentro de la normalidad. Un buen árbitro puede cortar o limitar con tarjetas un partido que se descontrola y pasa de competitivo a violento, de leal a mezquino. Pero nada más.

Los futbolistas, una gran mayoría al menos, se han contagiado del "aquí vale todo", del "ganar de cualquier manera" y de esa frase tan estúpida y tristemente célebre del "el fútbol es para pillos"; piscinazos, protestas, agarrones impunes en las áreas, todo ello lejos de la visión de los dos ojos del pobre árbitro. Y por supuesto patadas. Afortunadamente no ocurre todos los días, pero sí más de lo deseable. Ujfalusi demostró hoy no ser leal ni digno con un compañero de profesión al que no fue a disputar la pelota. Juande Ramos no se comportó como un profesional de su deporte ordenando a sus jugadores que se turnaran para atacar los tobillos de Messi para evitar expulsiones en el clásico de hace dos temporadas.

Mientras en Inglaterra se aplaude a los jugadores rivales cuando salen lesionados en camilla, en España se les desea que se mueran. Algún medio frivoliza en polémicas parecidas con términos desafortunados y de mal gusto. Mourinho habló de hostias como si fuera de boxeo y el tiempo le da la razón. Despreciamos nuestro deporte y lo condenamos al descrédito constante. Los primeros, los propios futbolistas, tan sumergidos en su propio individualismo que olvidan que su deporte (y su estupenda y merecidamente retribuida profesión) es un juego de equipo. De dos equipos, concretamente. Como el rugby, ¿les suena?

domingo, septiembre 12, 2010

Guardiola y los pasillos interiores


Ni el césped del Camp Nou, ni el desgaste físico ocasionado por la extraña y deficiente pretemporada que obligará a rotaciones y a diferencias de preparación en la plantilla antes casi de que haya empezado la competición. Guardiola sabe mejor que nadie que su equipo jugó fatal ante el Hércules y que eso fue el motivo principal de la derrota. No sucedió en el estupendo partido de Supercopa ante el Sevilla. El ritmo lento y confiado del FC Barcelona se convirtió en nerviosismo tras el primer gol de Valdez, en angustia tras comprobar que no era el día y que el buen arranque tras el descanso no se traducía en el empate, para terminar en absoluta impotencia la media hora final que siguió al 0-2.

La imagen del colectivo azulgrana recordó, aun sin tanto dramatismo, al partido ante el Inter de Milán; algo de eso había, como reconocieron Trezeguet y Esteban Vigo en zona de prensa tras el choque. Nada de "intentar discutirle el balón al Barça", como había anunciado el ex jugador azulgrana en la víspera. El Hércules se vistió de italiano pero sí se desplegó con sentido en ataque, dirigido y apoyado en Valdez, que ofreció un recital de cómo aguantar la pelota mientras el equipo avanza y llega. No se le puede reprochar nada a un conjunto recién ascendido, apenas cometieron faltas y actuaron como tantos y tantos equipos en el Camp Nou. Sin embargo, sorprendieron.

El Barcelona no lo esperaba, o al menos pareció frustrado, más bien perezoso: aburrido para construir y remiso a la hora de bajar a defender. Si al primer intento de presión no se recuperaba el balón, las defensa de las contras del Hércules ya quedaba como responsabilidad única de los zagueros. Pese a jugar de manera tímida, Mascherano recibió tarjeta muy rápido, y Keita tuvo que hacer el papel del mediocentro en la segunda mitad. Ni Touré, ni Cesc, ni el jefecito, ni Busquets.

En ataque el funcionamiento fue aún peor. Los de perfil defensivo no mezclaron, e Iniesta no jugó ni en las posiciones de '6' o de '8', sino por el centro, como una especie de mediapunta que no salió bien. Quizá a eso se refería Guardiola cuando habló en la sala de prensa de "cosas" tácticas a revisar y de que no habían sido capaces de encontrar los pasillos interiores.

Abrir el campo con extremos para generar espacios y permitir las llegadas de los interiores. Ese es uno de los fundamentos de la ideología cruyffista que Guardiola abraza sin dudar y que ayer no apareció, coincidiendo claro con la ausencia de Xavi y la desnaturalización de la alineación. Cruyff, en sus primeros tiempos en el banquillo, situaba a Beguiristáin y Stoichkov en la cal, mientras que Laudrup, Bakero y los mediocampistas entraban y salían del área a su antojo. Cinco años más tarde, la calidad individual de Romario y el agotamiento de algunos jugadores le hizo cambiar de opinión y jugar con delantero centro estático; funcionó una temporada pero (junto con otros factores, por supuesto) supuso el inicio del final del dream team.

Guardiola posiblemente mantiene una ambivalencia al respecto: sabe que con Xavi, Iniesta, Messi e incluso Villa, está casi obligado a recuperar aquella idea. La salida de Ibrahimovic está muy relacionada con eso. Pero, al mismo tiempo, Pep gusta de delanteros altos y capaces de aguantar el balón y repartir juego de cara para los centrocampistas, como Kluivert, como Peter Crouch como escribió en 2006 y, claro, como Ibra, por eso le fichó. "Ten delanteros que no se asocien con los demás, ten delanteros que piensen que su partido es diferente al de los demás y tendrás un equipo largo, largo, largo". Esta frase de hace cuatro años adquiere plena relevancia y vigencia hoy día.

Tito Vilanova, la mano derecha de Guardiola, declaraba en una jugosa entrevista a El Periódico que "El Barça juega al revés que los demás". Es una realidad, pero al mismo tiempo supone una exigencia enorme para dar resultado. Si al primer rival que ofrece resistencia, los futbolistas se entregan a la ansiedad, resultará imposible.

Lectura interesante: "El baile de disfraces", Ricard Torquemada en El Mundo Deportivo

miércoles, septiembre 08, 2010

Argentina y Villar embaucan a España


El sentimiento que poseen los argentinos hacia su camiseta deportiva albiceleste merece absoluto respeto. Les convierte, en cualquier disciplina, en feroces competidores. Sin embargo, eso no es suficiente para obtener resultados y títulos. Es necesario talento individual (Luis Scola en el basket, por ejemplo) y/o organización colectiva que permita brillar la calidad, la rabia competititva e incluso el orgullo patrio.

"Desesperados por ganar siempre, en Argentina se han olvidado de jugar al fútbol"; así describía ayer en El País Ezequiel Fernández Moores, periodista de La Nación, la frustración del fútbol argentino, que no supera los cuartos de final de una Copa del Mundo desde Italia 1990. En la pasada edición de Sudáfrica, Diego Maradona, al mando del equipo, logró disparar los índices de motivación y de fe en la albiceleste. Lástima que olvidó confeccionar un equipo, por ejemplo dotando de equilibrio el mediocampo que permitiera el juego de Messi, o simplemente alineando a alguien más que Mascherano en esos treinta metros decisivos para el juego. Tras ganar en Berlín a Alemania en un amistoso previo al torneo, Müller, Schweinsteiger y compañía despacharon a Argentina en Ciudad del Cabo sin ser mejor equipo que ellos, pero aprovechando contragolpes y espacios.

Están faltos de triunfos y hambrientos de prestigio y gloria perdida. Justo lo contrario que España. "Para Argentina no hay partidos amistosos". Pues los necesitan más que nadie, para encontrar el camino perdido desde que Maradona evitaba las patadas de Gentile o regateaba ingleses hace más de veinte años. La puesta en escena de ayer fue razonable, con Mascherano, Cambiasso y Banega detrás de Messi, liberado de la obligación de sacar los córners y rematarlos, Higuaín listo para el remate y Tévez barriendo todo el frente de ataque. Argentina no jugó demasiado al fútbol, pero aprovechó sus oportunidades en los primeros minutos, la descoordinación de una defensa española inédita y la electricidad ambiental. Cuando se gana nunca es amistoso, claro.

España, aun con los cambios lógicos de Vicente Del Bosque, no fue de turismo, dejó tres postes por el camino y la percepción de resultado demasiado abultado. Sí, cambios lógicos. Estamos en septiembre, recién comenzado, se ha jugado una jornada de Liga y muchos de los venerados jugadores Campeones del Mundo no han realizado pretemporada y ya llevan dos viajes transoceánicos a las espaldas. La sinrazón del partido en México seguramente impidió ver ayer al '11' de gala español. Si los cuarenta y cinco minutos que jugó Puyol allí, las posibilidades de que no se hubiera lesionado aumentan, con lo que hubiera formado pareja con Piqué y quien sabe si limitado daños en los primeros goles de Argentina. Fútbol ficción pero con variables objetivas. Lo que sí es real es que la RFEF de Villar busca votos para organizar el Mundial 2018, que ese es el verdadero motivo del viaje a Buenos Aires de ayer, por mucho que se quiera ver como una puesta en juego de la corona de campeones, y que, como desde hace dos décadas, los amistosos son exlusivamente motivos recaudatorios. Si lo eran antes, mucho más ahora que el caché del equipo ha aumentado considerablemente.

Disfrutemos de la estrella en la camiseta y no nos disparemos en el pie a las primeras de cambio. Ha costado muchas decepciones y fracasos conseguirla. Dentro de cuatro años en Brasil la pondremos de verdad en juego, ante los anfitriones pentacampeones que también comienzan a acumular urgencias. Mientras tanto, preparar bien la Eurocopa y buscar opciones en posiciones que pronto deberán ser renovadas, como el central que acompañe a Piqué o el lateral izquierdo. Lo que hizo ayer Del Bosque, vamos.

Escrito para Sportyou

viernes, septiembre 03, 2010

Mourinho On (Press) Tour

José Mourinho domina un vestuario de fútbol casi con la misma facilidad con la que se acomoda ante un micrófono o una cámara de televisión. Se siente cómodo ante los medios y lo aprovecha en beneficio propio y por tanto en el de su equipo. Sin embargo, me cuesta creer que no se haya dado cuenta de que, por muy grandes que sean Chelsea e Inter de Milán, el Real Madrid no tiene nada que ver con ellos. Si es consciente de que "Si no aguantas la presión, mejor no vengas al Real Madrid", también terminará por darse cuenta de que no es lo mismo el aparato mediático de Madrid que el de Londres o Milán.

Por mucho que uno sea hábil ante la prensa, la excesiva presencia en primera línea acaba por pasar factura. Y Mourinho de momento no está siendo demasiado prudente. En la entrevista que le hizo Juan Cruz para El País Semanal, el portugués decía que "Esta entrevista que estoy haciendo con usted no sé si se volverá a repetir, durante la temporada apenas hago entrevistas, jamás voy a la televisión". Nada más lejos de la realidad.

En mayo, a unos días de jugar con el Inter la final de la Champions League en el Bernabéu, Mourinho concedía una amplia entrevista a Marca, en dos entregas (I y II), seguramente inoportuna para cualquiera que se jugara el título continental en apenas tres días y teniendo en cuenta que el banquillo madridista aún tenia inquilino.

A primeros de agosto, desde California, en plena pretemporada, nueva exclusiva, esta vez al diario El Mundo y a Carlos Carbajosa.  El pasado 1 de septiembre, ya con la Liga empezada, una nueva extensa entrevista, también en dos entregas (I y II), se publicaba en España, en este caso en AS, para ser complementada un día después con otra, en La Gazzetta dello Sport (reseña en ABC). Antes, nuevo encuentro con el diario Marca, con Inda, Rojo y Serrano. En medio de todas ellas, varias visitas a las emisoras de radio: El Larguero en la SER, en Radio Nacional de España, en Onda Cero.

Obviamente, Mourinho es un personaje que está a la altura y que da titulares, pero quizá resulta innecesario cargar las escopetas tan rápido: "Sé cómo jugarle al FCB", "El FCB juega a menudo contra diez" (con esa obsesión de recordar errores arbitrales en contra y obviar los favorables, que también los tuvo en su etapa en Stamford Bridge en aquellos tremendos duelos ante el Barça de Rijkaard), definir como "fácil" la eliminatoria ante el Chelsea en la pasada Champions, presumir de la ida de semifinales (el 3-1 también ante el Barcelona) sin mencionar cómo llegó el rival al partido y su viaje en autobús por al caos aéreo del volcán islandés...

El pasado domingo, en su debut en Mallorca, ya ofreció un pequeño show en la banda, y después habló de "ocasiones perdidas que nos impidieron ganar" ante un rival con futbolistas que casi debutaban en primera. Hoy mismo, Sportyou comparaba declaraciones pasadas y actuales sobre Cristiano Ronaldo con un resultado que no le deja en muy buen lugar: habrá más de este tipo si continúa con esa verborrea...¡y ni siquiera lleva diez ruedas de prensa post partido!

Mourinho ha cultivado un excepcional personaje y se lo cree firmemente. Los beneficios, sobre todo mientras gane partidos, son incuestionables. Sólo corre un riesgo, que el personaje devore al estupendo entrenador que lo sostiene.
 
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