miércoles, febrero 24, 2010

Inter y Chelsea son candidatos


Sobre el Chelsea ya lo sabíamos: cinco semifinales en los últimos seis años, final perdida por penalties y batallas legendarias con el FC Barcelona incluídas. Quizá más favorito que nadie, mientras se habla por hablar de esa final Real Madrid-FC Barcelona. Pero el Inter de Milan no ofrecía tanta seguridad en la previa al partido de hoy de octavos de Champions. El nivel menguante de su campeonato doméstico (el Milan ganó en partido aplazado a la Fiorentina y se sitúa a cuatro puntos, y la Roma, que llegó a ocupar posición de descenso, está a cinco) y el nivel ofrecido en el Camp Nou en la liguilla no invitaban al optimismo.

Pero el Inter ha ganado 2-1 y, como mínimo, viajará a Londres con aspiraciones de superar la ronda, cosa que no ha conseguido en las últimas tres temporadas. En el partido quizá marcó demasiado pronto. Al tercer minuto, Milito aprovechó una buena combinación para quebrar a Terry y dejar una muestra más de su calidad como delantero centro. El ambiente que ya existía en las gradas del Giuseppe Meazza creció aún más con el gol, pero el Inter no fue presa de la euforia de su gente y pensó que ya estaba bien. 1-0, perfecto. Pasó casi toda la primera parte detrás del balón, salvo en una gran ocasión de Eto’o que no logró conectar el remate. No fue un catenaccio grosero, pero sí pareció que tenía suficiente con el resultado. El Chelsea comenzó a manejar el partido, apoyado en los movimientos de Kalou y sobre todo de Drogba, en una forma excelente, con capacidad para rematar casi cualquier cosa y desde cualquier posición. Una falta al borde del área que el marfileño convirtió en un tremendo disparo al larguero de Cech fue la mejor ocasión de los blues en la primera parte.

Lo que no logró Drogba sí lo consiguió Kalou a los cinco minutos de la reanudación. El gol fue una consecuencia del empuje de Ivanovic y Malouda (lateral izquierdo por las bajas) por las bandas del Chelsea, instrucción clara de Ancelotti en el descanso, y precedió a los mejores minutos del equipo inglés. Parecía que el Chelsea iba a imponer su fortaleza y que el Inter tendría que reconocer, otro año más, que no le da para competir ante los grandes europeos. Pero, un poquito de la competitividad agresiva (a veces mal llevada, como el pasado fin de semana ante la Sampdoria) que Mourinho poco a poco está inyectando en las a veces frías venas de sus jugadores, otra dosis de fe ausente en pasadas temporadas y la frecuente llegada de sus centrocampistas premiaron al Inter con el 2-1, un buen remate de Cambiasso que necesitó de dos tentativas para ser gol.

No creó mucho más peligro el Inter, pero puso en el campo como sustitutos a jugadores de ataque como Ballotelli y Pandev, y no pareció más conforme con el resultado que el propio Chelsea. La eliminatoria queda más igualada de lo que pensábamos al principio, El Inter ha salido respondón, y la decisión sobre quién superará la eliminatoria será en Stamford Bridge, con Mourinho sentado por primera vez en el banquillo visitante. Copa de Europa, de verdad.

miércoles, febrero 17, 2010

El United cocina al Milan a fuego lento


Decía el otro día Cristiano Ronaldo, en una interesante entrevista en El Mundo, que era incierto que él estuviera enfadado o resentido con Alex Ferguson; consideraba al entrenador escocés como un segundo padre y, sobre todo, un “sabio” del fútbol. Sin embargo, no parecía una de las mejores lecciones de Sir Alex la táctica empleada por su Manchester United esta noche en San Siro, ante el Milan, en la ida de los octavos de final de Champions. Bueno, realmente no era una novedad. Ese 4-5-1 es habitual del ManU en los partidos ante los grandes en la Premier fuera de casa y en las grandes noches europeas. Un centro del campo pobladísimo, con los infatigables Fletcher y Park (auténticos talismanes para su entrenador), el control de Scholes y Carrick y una pequeña dosis de calidad, en este caso Nani. Por supuesto, Rooney arriba.

Por lo visto esta temporada, la receta para enfrentarse al Milan, parecía sencilla. Si no de realizar, sí al menos de teorizar. Jugarle, por decirlo rápido, a mil por hora. Obligarle a disputar un partido de ritmo muy alto, sin tregua, para provocar un desgaste físico importante en jugadores ya veteranos y cuya mayor virtud es el juego al pie. Lo que no hizo el Real Madrid, por ejemplo, y sí el Inter de Mourinho, que le pasó por encima hace unas semanas. Pues no. Ferguson y el United no quisieron apostar por esa vía. Inicio de partido cauteloso y contemporizador, lo que aprovechó el Milan. El medio campo visitante era numeroso pero se situaba demasiado en línea, con lo que Pirlo podía hacer llegar buenos balones a Pato y, sobre todo, a Ronaldinho. El Gaúcho, con el escaso repertorio que ya le queda, un quiebro hacia derecha y taconazos sobre las incorporaciones del lateral izquierdo, evidenció en pocos minutos la bisoñez de Rafael Da Silva en el lateral y el paupérrimo estado de forma de Ferdinand. Una de estas jugadas acaba con un remate de Ronnie, sin nadie cerca, que rebota en Carrick y descoloca a Van der Sar, 1-0.

Ni siquiera ese gol hizo cambiar al United. Continuaron los ingleses con el mismo ritmo, sin precipitarse, como si estuvieran convencidos de su superioridad. Y lo lograron. No fue una avalancha futbolística, pero sí un ejercicio de practicidad, eficacia y de conocimiento de sus propias fuerzas. Casi en su primera llegada clara, Scholes remata en carambola (lo intenta con la derecha y el balón le rebota involuntariamente en la tibia izquierda) un centro de Fletcher para empatar, y para convencer a todo su equipo de que estaban en el camino.

La segunda parte parecía desvanecerse en el conformismo de ambos equipos, con alguna llegada aislada del Milan, cuando en el minuto 66 Antonio Valencia, recién entrado al campo, envíaba un centro al área que Rooney convertía en mejor aún de lo que era para cabecear de manera parabólica a la red. El United a cuentagotas pero aprovechaba la extrema debilidad defensiva del Milan en las bandas (Bonera y Antonini/Favalli fueron los laterales que Leonardo alineó hoy). Aquí llegaron los mejores momentos del ManU en el partido, jugando verdaderamente a placer casi sin inmutarse. Otro caramelo en forma de centro de Fletcher posibilitaba a Rooney el 1-3 y confirmaba el excelso momento que disfruta el chico de Liverpool, quizá el jugador más en forma de Europa en estos momentos. Con muy poco Ferguson y los suyos aseguraban un botín definitivo. Sólo una genialidad de Seedorf en forma de golazo de tacón insufló algo de aire al Milan cuando ya se vacíaba la grada de San Siro. Un poco de aliciente de cara a la vuelta, pese a que parece casi imposible que puedan asaltar Old Trafford. El Milan debería planteársela como el último partido grande que les queda en Europa a muchos de sus futbolistas: el propio Seedorf, Ronaldinho, Beckham (inadvertido y sustituido), Inzaghi…será su particular canto del cisne. Y para lograrlo, necesitarán que su mejor pieza esté en mejor forma de lo que ofreció hoy tras regresar de una lesión: Pato.

lunes, febrero 15, 2010

"El fútbol vive en una burbuja especulativa que está por estallar"


Por su interés, a continuación la entrevista de Diego Torres hoy en El País al presidente del Olympique de Lyon, Jean-Michel Aulas.

[Este empresario, que ha llevado a la élite europea al club francés, rival del Madrid mañana en la ida de los octavos de la 'Champions', critica la actual estructura de los grandes equipos, los gastos desmesurados y el papel de los agentes, y reflexiona sobre el modelo 'galáctico' blanco].

El edificio de la sede de la Cegid, el líder informático francés, se refleja sobre el río Saona como un magnífico embarcadero de cristal y roble. En el corazón del laberinto se acomoda en un sofá Jean-Michel Aulas (Arbresle, 1949), presidente de la compañía y dueño del club de fútbol más prolífico de Francia en la última década. El Olympique de Lyon es un extraño modelo de gestión económica y deportiva. No hay otro club en Europa que, en los últimos años, haya sido capaz de convertirse en un habitual de la Champions alimentándose exclusivamente de fondos propios. Mañana (20.45, TVE-1) se enfrentará en la ida de los octavos al Madrid, que viaja a Gerland con todos los jugadores menos Van der Vaart y Guti.

Pregunta. Cuando asumió la presidencia del Lyon en 1987 profetizó que el fútbol se encaminaba hacia un nuevo modelo de gestión inspirado en principios del mundo estrictamente empresarial. ¿Qué profetiza ahora?

Respuesta. Estamos al borde de una transformación muy grande. Nuestro sector está en una burbuja especulativa que aún no ha explotado. Ha explotado la burbuja de Internet, la burbuja financiera, la burbuja inmobiliaria... Es preciso diseñar un sistema de reglas para evitar el crack. Como siempre que hablamos de burbujas, sólo hay una cosa que permite amortiguar su estallido: un aporte masivo de capital. Es preciso que los dirigentes del fútbol, sobre todo la UEFA, participen de la solución. De lo contrario, el remedio será más destructivo que el problema.

P. ¿Qué solución propone?

R. En el fútbol tenemos un flujo de dinero importante que, en lugar de invertirse en el propio fútbol, para construir estadios, centros de formación para generar más jugadores y más recursos que alimenten el negocio... va a parar a los intermediarios. Esto ha desencadenado un proceso inflacionista en los salarios de los jugadores y en los precios de los traspasos. Hay que poner un techo a las comisiones y a la cantidad de traspasos en los que participan los agentes. No es sano que haya agentes vendiendo al mismo jugador todos los años y cobrando sin límites. La segunda regla debe ser poner un límite al número de jugadores profesionales que pueda tener un club. Hay que dar libertad total para fichar a los menores de 22 años, para impulsar las canteras. Pero limitar a 22 o 23 las plantillas de mayores, y prohibir las cesiones. No puede ser que el Manchester City tenga 40 jugadores en nómina. Esta doble medida resuelve el problema inmediatamente. Luego hay una tercera medida que debe tomar la UEFA: definir las reglas del equilibrio presupuestario de los clubes en relación directa a los recursos propios. Hoy tenemos a Moratti [Inter], a Berlusconi [Milan], a Abramovich [Chelsea], etc., inyectando dinero a clubes que son filiales de una compañía matriz. Si un día la inyección de dinero se corta, esos clubes entrarán en quiebra y arrastrarán a la quiebra a todo el sistema. El modelo debe ser elitista, pero también debe permitir a todo el mundo alcanzar la élite. El Lyon se ha situado entre los mejores clubes de Europa partiendo de la nada. En el fútbol, el fair play financiero debe comportar un límite. ¡No es posible que la cuenta corriente de Abramovich sea equiparable al capital del Chelsea!

P. Usted acudió a París para participar de las revueltas en mayo del 68. ¿Qué aprendió como empresario?

R. Lo primero es la máxima de Cohn Bendit: "Está prohibido prohibir". La empresa, como el fútbol, como la política, como mayo del 68, es la actitud. Hay que tener carisma, ganas y pasión.

P. Cuando llegó al Lyon no sabía nada de la gestión deportiva. ¿Fue un hándicap?

R. A largo plazo, no. Cada vez que voy a Madrid me siento fascinado por el palmarés del club. El palmarés es lo que da valor a un club. Pero creo que es más gratificante construirlo que valorizarlo. En el fútbol hay dos opciones. O das valor a tu palmarés o lo creas. El Madrid valoriza su palmarés. Yo construyo un palmarés de la nada. Es una visión optimista.

P. En 20 años sólo ha despedido un técnico. ¿Por qué es tan leal?

R. ¡Porque los he elegido yo! La elección de un entrenador es una prueba de perspicacia. Si lo despido es porque el que se ha equivocado he sido yo, no el técnico.

P. Dicen que usted siempre delegó las decisiones deportivas en los técnicos. ¿Nunca se permitió un capricho?

R. A veces me gusta un jugador. Pero siempre lo consulto con Bernard Lacombe

[el director deportivo] y con el entrenador. La última palabra la tienen ellos.

P. Pellegrini entrena lo que le dan...

R. Florentino Pérez parte de un modelo de negocio fundado en el marketing, los derechos televisivos y el patrocinio. Con el palmarés del Madrid se lo puede permitir. Si eliges balones de oro o futuros balones de oro como Benzema, no fallas. Pero este modelo genera más dificultades para el entrenador. Hacer jugar juntos, y bien, a estos jugadores, es complicado. Lo asombroso del Barça es que ha logrado que la institución, el sistema de juego, sea más fuerte que los individuos. Nunca creí que Ibrahimovic se integrara y le veo fundido en el sistema.

P. En los últimos cinco años ha sido el club que más rendimiento le ha sacado a sus transacciones: Kanouté, Diarra, Essien, Malouda, Benzema... ¿No teme haber vendido demasiados jugadores importantes y que ya sea imposible ganar la Champions?

R. Claro que sí. Pero cuando creé la Cegid, que se ha convertido en una empresa líder de la informática en Europa, si yo no hubiera cedido nunca, nunca hubiera podido crecer. ¡No habría obtenido crédito! La única manera de llegar lejos es cediendo algo. Y para ganar la Champions la receta es durar. Hace 20 años tenía un 0% de posibilidades de ganarla. Hace diez años un 2%. Y ahora un 50%. Porque si eliminamos al Madrid seremos favoritos.

P. ¿Por qué el Lyon no rinde esta temporada?

R. Hay dos razones. De entrada tuvimos muchos lesionados. Somos el equipo de la Champions con más lesionados. Casi todos los jugadores se han lesionado los aductores. Hay días que yo mismo me levanto y creo tener un problema de aductores. ¡Es psicosomático! La segunda razón es que Benzema y Juninho, las dos figuras, se marcharon y el nuevo equipo tiene miedo de no estar a la altura de sus predecesores. Ese temor se trasladó al público.

P. ¿Cuál será la próxima perla de su cantera?

R. Isaak Belfodil, de 17 años. Si hay alguien capaz de ganar el Balón de Oro, es él.

R. ¿Qué consejo daría a Florentino sobre Benzema?

P. Está un poco aislado en la galaxia del Madrid. Necesita un trato más personal con el entrenador y con los compañeros para ganar confianza. Es difícil que en una galaxia de estrellas existan las relaciones personales, pero Karim las necesita porque es joven y viene de otro ambiente, de otro país... Lo vi en Madrid y vivía en una casa solo, sin muebles... A veces parece un poco distante, ensimismado. Es un soñador y lo único que ha conocido del mundo es la cantera del Lyon. Toda su vida ha querido ir al Madrid. Incluso se negó a ir al Manchester

Atlético y Barcelona, fieles a su cita


Esta noche de San Valentín se ha vuelto a evidenciar que, al menos en los partidos que se juegan en el Vicente Calderón, el Barcelona es el rival más propicio para el Atlético de Madrid. Es la tercera temporada consecutiva en que los azulgranas salen derrotados del Manzanares. Por historia, por motivación y, sobre todo, por la manera de jugar de ambos equipos, el Atlético se encuentra muy cómodo en estos choques. Sin embargo, sí que hubo matices nuevos en el juego que pueden explicar mejor el resultado. Con un gol de Forlán, con las jugadas pícaras de Agüero, con el criterio en el mediocampo de Tiago y con las paradas de De Gea todos podíamos contar, pero la seguridad de Perea y Domínguez en defensa, la pujanza de Reyes y el buen trabajo colectivo en la presión del equipo local eran quizás más difíciles de preveer.

El Atlético, uniéndose a los carnavales, se vistió de aquel equipo contragolpeador que siempre fue, y, ante los riesgos controlados que definen el estilo del Barcelona, le funcionó a la perfección. Pero desde luego que el equipo de Guardiola, por una vez, colaboró en potenciar las virtudes del rival. Naufragio preocupante del mediocampo, con Busquets desconocido en el toque y en la posición, Xavi sorprendentemente errático e Iniesta desapercibido y sin fondo físico. Seguramente, a esto contribuyó la baja de Keita nada más comenzar el partido por una lesión muscular y la composición de la defensa. De manera individual, no se puede reprochar demasiado al trabajo de Jeffren, finalmente lateral derecho, Maxwell, Milito y, sobre todo Puyol, impecable y salvador en varias situaciones de máximo riesgo, como siempre. Ni mucho menos el de Marc Bartra, que debutó en la segunda parte.

Pero el funcionamiento colectivo de la zaga sí que resultó insuficiente. Les costó horrores mantener la línea en las jugadas de contra del Atlético, y tampoco pudieron ayudar demasiado en la construcción del juego. Ahí es donde se notaron de verdad las bajas, como las de Márquez o Piqué, en la salida del balón desde atrás, pilar fundamental del éxito de este equipo. Todo lo descrito hasta ahora se combinó para limitar hasta casi hacerlo desaparecer el habitual torrente de ocasiones que suele generar el Barça. Ibrahimovic, pese a marcar, volvió a estar fuera de foco y a caer demasiado a menudo en fuera de juego. Messi, por su parte, no se escondió; jugó como siempre, rápido e incisivo, pero no encontró la lucidez acostumbrada cerca del área.

Para el Atlético el partido deja un camino a seguir de confianza, prestigio y recuperación moral, junto con la confirmación de que tiene un entrenador, Quique Flores, que sabe leer tácticamente un partido o un rival. Eso sí, creo que volverá a tener problemas ante equipos más débiles que le obliguen a llevar la iniciativa en el juego. Para el Barça, peor las sensaciones que el resultado. Una derrota y primera vez que se ve abajo en el marcador en veintidós jornadas está muy bien, no es dramático. Pero el nivel ofrecido tras una semana sin partido mientras el Atleti jugó en Santander el jueves y, sobre todo, los ochenta balones perdidos en el partido, como mínimo sorprenden.

La nueva lesión muscular, Keita, para cuatro semanas, y el razonamiento de Guardiola en rueda de prensa justificando el cambio de Xavi por “molestias musculares”, sí que resultan más preocupante. Cinco roturas en apenas diez días: Alves, Touré, Abidal, Chygrynskiy y el propio Keita. Iniesta, en la zona mixta, repitió lo dicho el viernes: “No soy doctor pero no creo en las casualidades o la mala suerte”. Ya se discute sobre si el posible motivo es el incremento en la carga de trabajo de entrenamiento físico tras la eliminación de la Copa del Rey ante el Sevilla. Parece difícil creerlo; Keita y Touré vienen de la Copa África con lo que el riesgo se incrementa, Abidal se lesionó tras un resbalón en el regular césped el día del entrenamiento de Reus, lo de Chygrynskiy es muy leve y lo de Alves parece una recaída… aún así, el asunto merece un estudio por el cuerpo técnico y médico, como decía Beguiristáin en el descanso. La hora de la verdad de la temporada se acerca y el juego de presión azulgrana necesita de un elevado tono físico. La Liga BBVA continúa y el duelo con el Real Madrid será apasionante.

Publicado originalmente en Sportyou

domingo, febrero 07, 2010

Démosle una oportunidad al Fútbol


Tras el Barcelona-Getafe de ayer, algunos se han apresurado a mostrar su sorpresa por la actitud de la grada del Camp Nou. Está muy relacionado con lo que está ocurriendo en nuestro fútbol en las últimas semanas. Se ha calificado como “decepcionante” el comportamiento de los jugadores y público azulgranas tras la (justísima) expulsión de Piqué. Mi opinión personal es que no es proporcionado que ayer, en el Camp Nou hubieran más de 74000 personas, una de las mejores entradas de la temporada, ante el Getafe, y que por una vez estuvieran ruidosamente al lado del equipo en un partido que se puso muy cuesta arriba, creando un buen ambiente competitivo, y eso resulte “decepcionante”. Visito el estadio barcelonista en varias ocasiones por temporada, y no pocas veces la verdadera decepción es comprobar cómo el ’soci’ guarda silencio, convierte la grada en un anfiteatro teatral inerme al juego, o pita a sus propios futbolistas al menor error. No digo que prefiera un público aborregado, pero ayer era tremendo ver la grada de Anfield Road entregada a su Liverpool, tras ganar 1-0 con 10 casi todo el tiempo en un partido técnicamente infumable. Esa gente han visto jugar a Barnes, Rush, Dalglish, Keegan, Toshack o Beardsley, y ahora tienen a Mascherano, Leyva, Insúa o Maxi…pero cuando el equipo les necesita, ahí están.

Lo que no se puede es atizar las campañas mediáticas, que si se hacen es por algo, darles toda la difusión posible, y luego criticar que la gente reaccione. Esto no lo digo ni por Valdano, ni por Florentino, ni por Pellegrini ni por los jugadores del Real Madrid, con Raúl a la cabeza, cuyo comportamiento en público está siendo irreprochable. Afortunadamente lejos quedan los tiempos de Mijatovic y Calderón y sus “manos negras” arbitrales. Pero, por mucho que los futbolistas y entrenadores digan que no leen la prensa, claro que lo hacen. Y Guardiola y el vestuario del Barça están muy dolidos con todo el asunto. Se les nota. Ayer parecían todos desahogándose en público. “Jamás les he hecho una recriminación a los árbitros. El jugador que diga eso sabe que le tiraré de las orejas. Antes sólo dudábamos de los árbitros, pero ahora sólo hablamos de fútbol. No me van a hacer creer que hemos ganado seis títulos por los árbitros”, dijo Pep ayer. “Siempre digo que los árbitros no existen. Si nos quedamos con 10, con 9 o con 8, tenemos que ganar, y no hay excusas”. Ese es el camino, por supuesto. Pero al mismo tiempo hay que reconocer que algunos han conseguido que el tema esté en la calle, y es humano que el barcelonismo se rebele cuando, en una sociedad normal, el Barcelona debería ser admirado por lo conseguido (y cómo lo consiguió) el año pasado y cómo, honradamente, está contribuyendo a elevar la calidad de nuestro deporte y, como consecuencia, forzar a que el Madrid esté dando también lo mejor de sí mismo en una lucha preciosa que durará hasta junio; ¿por qué la rivalidad ha de ir reñida con la admiración al adversario cuando éste lo merece?

No quiero ser reiterativo, pero vuelvo a las palabras de Pep de ayer: “Tenemos la oportunidad de disfrutar de una Liga fabulosa, con el Madrid, el Barcelona, el Sevilla y el Valencia luchando por el título, pero entre todos los periodistas nos ponemos camisetas de los equipos y pasa esto. Es muy malo para el fútbol. Los árbitros hacen lo que pueden, como hoy. Es una pérdida de tiempo”. Es injusto el ruido mediático porque creo que ayer el Barça dio otra exhibición de fútbol mientras estuvo con 11, con cuatro ocasiones claras de gol en apenas veinte minutos, y que luego, a con 10, realizó un buen ejercicio de compromiso, de inteligencia, de solidaridad y también de fútbol, dejando a Messi arriba, con una línea de 4 con Iniesta, Xavi, Busquets y Keita que se juntaron para defender sin acular la defensa y que cuando pudieron buscaron la portería como en el segundo gol y en otras dos claras acciones de Keita. Al igual que el día del Madrid, se comportaron bien tras la expulsión, casi sin apuros, por lo que no me resultó decepcionante en absoluto.

La prensa es el cuarto poder. La gente lee y escucha, y creo que está bien. La pena es que en este mundo convivan el Washington Post de los 70 denunciando el Watergate, y gran parte de la prensa deportiva actual. Para bien o para mal soy lector de periódicos y oyente desde los 11-12 años. Leer está bien. Por eso me apena la deriva y el declive que se aprecia viéndolo con perspectiva. Tras la nauseabunda semana, con escalímetros en los platós de tv trazando líneas en los fueras de juego, dudas increíbles sobre imágenes manipuladas en los periódicos y portadas insultantes (como la del Sport a Cristiano), el Villarato no se da por vencido y quiere continuar.

Es lo único que tienen, lo sé, y han dejado de luchar por la información para entregarse a la polémica fácil y vulgar. En la primera vuelta, se jugó un Real Madrid-Getafe en el Bernabéu.Tras la rigurosa expulsión de Albiol en la primera parte se convirtió en irrespirable. Ya se hablaba de conspiraciones arbitrales. Pitadas a cada acción del árbitro. Ambiente casi de eliminatoria. Si repasáis algún periódico de ese día, podréis ver que fueron unánimes en el análisis del partido tres factores: la garra y competitividad del Madrid, la desidia del Getafe y su poca ambición…y el empuje y la atmósfera creada por el público. Siempre que sea en beneficio de tu equipo, me parece lógico, lo comparto y creo que así debe ser. Lo mismo que anoche en el Camp Nou. ¿Decepcionante? No lo creo.

Aquella noche el Bernabéu, como ayer el Camp Nou, las dos aficiones demostraron que quieren ganar esta Liga. Que es una bonita competición y que no se merece lo que la está rodeando. Mientras avanza y se va definiendo jornada tras jornada, démosle una oportunidad al fútbol. Todos estaremos de acuerdo en que, pese a todo, la merece.

Publicado originalmente en Sportyou

lunes, febrero 01, 2010

Luciano Moggi ficha por el Barcelona


Esta mañana, en el enésimo debate sobre los errores arbitrales en nuestra liga de fútbol, un amigo, al tercer o cuarto email, me sorprendía con esta frase: “Ojalá que no nos encontremos pronto con nuevo caso Juve en España”. Se refería, por supuesto, a la presunta trama urdida entre el presidente de la RFEF Ángel Villar y Joan Laporta para favorecer al FC Barcelona.

La comparación entre la red corrupta tejida durante años por el director general de la Juve, Luciano Moggi (Lucky Luciano para los amigos), con el transcurso de nuestra competición me parece elevar las simpatías por uno u otro equipo al paroxismo. Su argumento principal es que “periodistas muy relevantes creen que eso está sucediendo, y me parece demasiado grave como para dejarlo pasar”. Sin valorar la opinión que cada uno tengamos de los medios deportivos, tanto en Madrid como en Barcelona, los datos objetivos no dejan (o no deberían) demasiadas dudas. El mejor Barcelona de la historia tuvo que presentarse en el Santiago Bernabéu la pasada temporada y ganar el partido para asegurarse el título. Con 87 puntos y 105 goles. Las dos anteriores campeonatos, el 2006-2007 y el 2007-2008 fueron para el Real Madrid. No hace tanto. Estos son los hechos reales y globales. Porque hablar de fallos puntuales es un argumento pobre. Como la moda de “las otras ligas”. ¿Quién puede asegurar que si el árbitro anula el gol de Pedro, con sesenta minutos de juego por delante, el Barcelona no hubiera ganado el partido? Seguramente lo hubiera hecho. O quizá el encuentro hubiera terminado 1-0 para el Sporting. Fútbol ficción. Pero el debate enmascara que el equipo de Guardiola fue infinitamente superior al de Preciado, cosa que el Madrid no pudo evidenciar de manera tan clara en su visita a El Molinón.

Lo siento pero no me lo trago. Los árbitros españoles no dan el nivel de que necesitamos. Es una triste realidad, aunque nadie colabora un poco: engaños, protestas continuas, actitudes agresivas desde las gradas y los palcos sin motivo. Pero de lo que realmente me gusta hablar es del taconazo de Guti, de que el ‘14′ junto con Xabi Alonso, Granero y Kaká componen un mediocampo estupendo, de comprobar cómo Barça y Madrid están en una tremenda dinámica ganadora, obligándose recíprocamente a buscar la victoria en cualquier estadio. Disfruto con el debate del césped, no con el de los despachos. Y envío, si me permiten, una humilde recomendación a los creyentes de las teorías conspirativas, las de los árbitros y las del Photoshop: si la liga está amañada, si todo está decidido, no pierdan tiempo y vayánse al cine o al teatro o cojan un libro. Se divertirán más.

El cáncer victimista, por Martí Perarnau en El Periódico de Catalunya

Guti y los fantasmas, por José Sámano en El País

El precio del victimismo, por Santiago Segurola en Marca

Publicado originalmente en Sportyou

 
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