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Sir Alex Ferguson, manager del Manchester United, ante el inminente inicio de la que será su vigésimo cuarta temporada consecutiva en el cargo. Por títulos, por edad, por carácter, incluso por cualquiera de sus defectos, Ferguson merece encabezar esta previa de la nueva edición de la liga inglesa que comenzará este sábado día 14 de agosto.
Mientras que la percepción general es que la Premier, asumiendo su espectacularidad y su bien ganada proyección mediática, no disfrutó el último curso de su mejor año, no monopolizó las semifinales de la Champions League como últimamente y además
fue noticia más por aspectos económicos que por deportivos, Ferguson se descuelga diciendo que “las cosas definitivamente han cambiado y será una liga diferente a todo lo visto anteriormente”. Confía en el nivel que puedan alcanzar Aston Villa, Everton, Tottenham y Manchester City, calificando la lucha por entrar en los cuatro primeros puestos en mayo como
una verdadera “pelea de perros”.
Ojalá acierte Ferguson en sus pronósticos (dudo mucho que sean deseos) porque desde 1995 en que un sorprendente Blackburn Rovers, impulsado por los goles de
Alan Shearer y
Chris Sutton, fue campéon, todos los títulos sucesivos se los han repartido United, Arsenal y Chelsea, con tres por cabeza para cada uno de los dos equipos londinenses y el resto hacia Old Trafford. Aún así, tres pretendientes reales a la corona ya es un buen dato; allí los contratos televisivos se reparten de manera más racional que por ejemplo en España, y por potencial e historia incluso deberían ser cuatro si el Liverpool cada año no se empeñara en dispararse en el pie (no ganan el título desde 1990, pese a ser el club con más entorchados, dieciocho, ya empatado eso sí con el ManU insaciable de la era Ferguson). Veamos cómo se presentan en la salida los ilustres miembros del
Big Four.
El actual campéon, el
Chelsea, está soltando lastre. Se han marchado
Deco,
Ballack,
Joe Cole (gran futbolista pero no comparable a
Messi como decía recientemente
Steve Gerrard en lo que sólo puede calificarse como ejercicio de ironía o como una más que cordial bienvenida) y
Carvalho, y confirman la
apuesta por la juventud. Los tiempos de opulencia de
Abramovich han pasado y ahora se comportan como un club más racional. Han fichado a
Benayoun, y los rumores son insistentes, desde
Neymar a
Özil. Pero el equipo ya está formado. Necesitarán a
Cech y
John Terry a su verdadero nivel,
Lampard debe aprovechar que
Essien y
Obi Mikel le harán el trabajo sucio y la guinda sería añadir otro delantero competencia real a
Drogba y
Anelka. Los últimos minutos de la pasada Community Shield evidenciaron que cuando atacan con todo son incontenibles. Es un estilo difícil de definir pero demoledor.
Ancelotti lo sabe, pero le cuesta soltar las riendas.
En Manchester quieren revancha. Llevaban tres títulos consecutivos y dos finales de Champions y el año pasado nada de nada pese a competir hasta el final. De momento sus principales refuerzos son
Chicharito Hernández, el portugués
Bebe y el defensa
Chris Smalling, más lo que puede llegar antes de fin de mes. Pero la verdadera fuerza del United es su fe en la tradición y sus proyectos a largo, larguísimo plazo. Cuando tu entrenador lleva veinticinco años en el banquillo todo es más fácil. Cuando en el vestuario tienes jugadores pero también leyendas, como
Ryan Giggs o
Paul Scholes, los problemas se ven con mejor perspectiva. Por si fuera poco, también disponen de magníficos futbolistas como
Rooney,
Nani o
Carrick. Volverán a optar a todos los títulos importantes.
Arséne Wenger hablaba el mes pasado de que su equipo, el
Arsenal,
iniciaba un nuevo ciclo. Todo ello era dentro del contexto de la continuidad de
Cesc Fábregas en el club. Una vez más, se ha salido con la suya, pero parece difícil que sea suficiente.
Más bien todo lo contrario. De nuevo jugarán bien al fútbol, pero la duda no es si ganarán algo o no, lo que depende de muchos factores, sino si podrán competir para hacerlo. Es su gran déficit. Además, concretando, no tienen defensa. Casi literal. Sin
Gallas,
Vermaelen se queda como único central de garantías…¡hasta
Sol Campbell se ha marchado! En el otro puesto clave y más para un equipo de las características del Arsenal, el delantero centro, han incorporado a
Chamakh. Buen jugador, ¿pero dejaríais el futuro goleador de un aspirante a la Premier en sus pies y en los de
Bendtner?
Van Persie pareció deprimido y enfadado durante el Mundial,
Arshavin es un genio demasiado irregular y qué decir de Cesc y su estado de ánimo. En lo que sí le doy la razón a Wenger es que Fábregas tiene una oportunidad hermosa de continuar siendo el líder del equipo, aunque abandone el club el próximo verano, sobre todo para que el aprendizaje de jóvenes talentos como
Walcott,
Wilshere,
Gibbs y sobre todo
Aaron Ramsey (cuando regrese a los campos tras la terrible fractura de tibia y peroné que sufrió en febrero) evolucionen lo antes posible. Lo necesitan ya. El tiempo se agotó.
Y por fin llegamos a Anfield Road, a
Liverpool. Insisto: desde 1990 huérfanos de la liga, el torneo que define a los equipos de verdad, a los bien construidos, con calidad pero con capacidad de sufrimiento, con temperamento. Casi nada de todo eso ha tenido el Liverpool las últimas temporadas. Pese a aquella Copa de Europa en Estambul,
Rafa Benítez no se comportó como un verdadero manager. No dudo de que trabajó más que nadie, de que las circunstancias económicas eran difíciles, pero fichar jugadores de tu país o de tu liga materna es lo más sencillo, es el camino fácil. Su legado apenas existe. Ha llegado
Hodgson, inglés. No es una cuestión de cuotas nacionales, pero estoy seguro que The Kop lo necesita. Mayor identificación con la historia y el pasado del club, con la herencia de
Shankly,
Paisley y
the boot room. Con él,
Jovanovic,
Poulsen y Joe Cole.
Aquillani continúa mientras que
Mascherano hace las maletas. Los proyectos deportivos necesitan tiempo
y el club parece a punto de librarse de la nefasta gestión de sus actuales dueños, Tom Hicks y George Gillet. Pero si a Wenger se le agotaba, en Merseyside cae como en un reloj de arena. Eso sí, si Cole es como Messi igual en mayo termina la sequía…
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