Si tomamos en consideración las predicciones de
Sir Alex Ferguson para la nueva temporada, no sólo será brutalmente cerrada la lucha por el título, sino incluso para ocupar alguno de los cuatro primeros puestos y el derecho por tanto a viajar por la próxima Champions League.
Cuando nos planteamos la posibilidad de que este año cambie la jerarquía en el
Big Four, el primer equipo que de manera irreversible nos viene a la mente es el
Manchester City. Desde septiembre de 2008, el City ya no es el rival pobre de Manchester, ni siquiera el club de
Joe Mercer o el hogar en los 70 de estupendos futbolistas como
Francis Lee o
Colin Bell. Desde aquel mes de hace casi dos años cuando el dinero, los dólares del petróleo del
Abu Dhabi United Group for Development and Investment se convirtieron en propietarios del club, las inversiones en futbolistas no han cesado, de hecho se ciernen sobre el mercado mientras se escriben estas líneas.
Roberto Mancini no está pensando en mirar a los equipos inferiores para apuntalar alguna posición de la plantilla; tiene más de treinta futbolistas en nómina, y los que aún se puedan añadir.
Puede alinear dos equipos distintos de internacionales sin contar las inminentes llegadas de
Balotelli,
James Milner e incluso
Ibrahimovic. Se irán futbolistas, claro, sólo hay lugar para veinticinco profesionales, pero en los descartes quizá podemos observar algún indicativo sobre cómo irá la temporada o, principalmente, sobre a qué querrá jugar este equipo. De momento, Bellamy y Stephen Ireland se han quedado fuera de la lista oficial de inscritos para la Europa League. Dos magníficos futbolistas, con rendimiento acreditado con la camiseta
sky blue, con agresividad, competitividad y gol el primero, calidad, pase, temple y conocimiento del juego el segundo. Parece una mala decisión. También hay dudas sobre
Robinho,
Tévez,
Adebayor…casi todos parecen sospechosos. Quedar fuera el pasado mayo de la Champions, clasificando ’sólo’ quintos, fue un golpe durísimo, pero el efecto inversor desencadenado para mejorar, excesivo. Ni siquiera me refiero ya a las cifras de los traspasos, sino a la acumulación de jugadores. Parecen estar buscando el binomio perfecto: cantidad+calidad. Enorme reto para Mancini, desde ya, en convertir el desfile de modelos en un equipo de fútbol, en transformar el escaparate en un vestuario. Les seguiremos y analizaremos con atención.
Mientras tanto, el
Tottenham Hotspur de
Harry Redknapp merece el crédito logrado. Ellos fueron los cuartos, ellos jugarán la Liga de Campeones y sólo ellos han roto la tirania de los cuatro grandes desde el Everton en 2005. El desafío comenzará precisamente desde el primer día, ya que abren el campeonato recibiendo al City. Redkapp deberá convencer a sus futbolistas de que no es imposible repetir la clasificación del curso pasado pese a que el color del dinero ahora es azul y no verde. Él, viejo conocedor de las relaciones entrenador/prensa/presidente, confía en las posibilidades de su equipo pero al mismo tiempo presiona a Daniel Levy en búsqueda de refuerzos. Sólo ha llegado
Sandro, pero un equipo con
Modric,
Jenas,
Lennon,
Bale,
Defoe o
Crouch está obligado a dar la cara.
Lo anterior seguro que resulta familiar en Villa Park. La
dimisión irrevocable de
Martin O’Neill como manager del
Aston Villa puede que haya sepultado todas las opciones de los
villanos para este curso. Los presidentes cierran el grifo del dinero (como este caso de Randy Lerner en Birmingham) y los entrenadores no “garantizan” nada sin nuevos fichajes. Se cubren las espaldas, sabiendo que ellos son los primeros en la lista cuando el balón no entra. La previsible marcha de Milner, junto con la de
Barry el pasado verano colmaron la paciencia. O’Neill perdió el pulso y se marchó. El equipo queda en estado de ’shock’, sin fichajes y ahora mismo sin entrenador
(Kevin MacDonald de manera interina), mientras se negocia con
Bob Bradley. Difícil temporada les espera.
Cuando
David Moyes llegó a Liverpool para ocuparse del banquillo del
Everton, en marzo de 2002, el equipo corría serio riesgo de descenso. Logró evitarlo y en la temporada siguiente ya terminaron séptimos. Desde entonces, presencia casi habitual en competiciones europeas incluyendo el mencionado cuarto lugar en 2005.
Arteta no está lesionado e inicia temporada. Esa es seguramente la mejor expectativa para el equipo, que su mejor jugador está listo y motivado
tras su reciente renovación. Equipo rocoso, competitivo y que sabe lo que tiene que hacer. No ofrecen caviar, pero sí una excelente relación calidad/precio. Si Jermaine Beckford confirma lo apuntado el año pasado en Leeds y ayuda en la punta sumando goles a los de Saha y Cahill, puede que el Everton llame de nuevo a las puertas de la fase previa de la Champions, aquel rubicón que no pudieron cruzar hace ahora un lustro.
Y por último, me permitiréis la licencia romántica de incluir en el repaso de los candidatos lucir protagonismo en la Premier al recién ascendido
Newcastle United. Escribo “recién ascendido” porque fue hace un par de meses cuando certificaron su regreso a la Premier League, no porque el Newcasle sea un equipo pequeño que debuta en la élite. Es todo lo contrario. Historia importante del fútbol británico y uno de los equipos con más seguidores por toda Inglaterra. Siempre tuvieron dinero, un magnífico estadio como Saint James`s Park, ambición e hinchada. En el bienio mágico 95-97 pelearon la liga de igual a igual al Manchester United, con un fútbol delicioso pensado por
Keegan en el banquillo y ejecutado por
Shearer,
Ginola,
Albert o
Bearsdley en el césped. Pero a partir de entonces los fracasos se sucedieron hasta terminar en la decadencia del descenso. No ganan el título desde antes de la Segunda Guerra Mundial, y este año sus aspiraciones serán modestas, pero regresar a la Premier el primer año, ganando una liga tan dura como la Football League Championship tras cuarenta y seis interminables partidos, es una señal de buena salud institucional. Durante la útima década lo han probado todo, sin éxito. A casi entrenador por año,
Chris Hughton inicia ahora la segunda temporada en el cargo. Suma al prometedor
Dan Gosling desde el Everton, más los
Alan Smith,
Coloccini,
Nolan,
Taylor y
Ameobi. Estabilidad, en el vestuario y en los despachos, es lo que el Newcastle necesita y lo que hace mucho tiempo, demasiado, que no practican. ¿Y si
Joey Barton la encontrara por fin?
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