El Milán fue en su día heredero de otros equipos –algunos de ellos en las antípodas del pensamiento sacchiano- que también representaron el futuro con mayor o menor brevedad. El catenaccio, interpretado fundamentalmente por otro Milán, el de Nereo Rocco en los años 60, y perfeccionado mejor que nadie por Helenio Herrera en el Inter, significó la solución pragmática a la grandeur del Honved, la selección húngara, el Madrid de Di Stéfano y las grandes selecciones brasileñas a caballo de la década de las 50 y 60. Con el catenaccio, que coincidió en Argentina con la irrupción del cínico Estudiantes de Osvaldo Zubeldia, se declaró el final de una época romántica y el inicio de un periodo prosaico, pero práctico. Aquel momento inauguró uno de los muchos futuros a los que estaba destinado el fútbol.
Un socio para Lewandowski
Hace 4 horas
1 comentarios:
El modelo del Madrid es uno más, igual que el del Barcelona, ambos con ilustres representantes en el pasado. Es muy probable que, como dice Caparrós, el modelo del Madrid prevalezca, pues su ejecución es más sencilla. El estilo del Barça lleva más tiempo.
De cualquier modo, yo creo que esto de los modelos es una tontería. Los equipos de fútbol deben ser versátiles, y aplicar uno u otro estilo según las circunstancias. Con defensas muy replegadas, el "modelo" del Madrid no va a servir, pues sus jugadores acabrán por chocar contra los muros defensivos del rival. En cuanto al Barcleona, su fútbol indirecto se hace poco práctico cuando hay muchos espacios y de lo que se trata es de armar ataques en pocos toques, con transiciones rápidas.
Por otro lado, no creo que el "modelo" del Barcelona sea una rareza. Lo será, quizás, en el éxito obtenido; pero otros muchos equipos, como el Arsenal de Wenger, el Huracán de Cappa y, un ejemplo cercano, el Villarreal de Garrido, son muy afines; por no hablar de equipos de otras décadas.
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