Le cuesta al Barça últimamente quitarle el envoltorio a los partidos. Sí, cierto, ocurrió en la final de Roma, y después en Wembley. Y otras veces. Nada debería ser demasiado dramático, un poco de paciencia y recordar
la teoría de las judías secas. Pero el reciente nerviosismo en los partidos frente a Real Madrid (evidente) y Real Sociedad (aparente), ocasiones y llegadas al área del rival nada más iniciados los partidos más el ancestral
patirem azulgrana parecían abocar la semifinal copera a un encuentro largo en su desarrollo pero corto en el marcador.
El cuarto de hora inicial, con el Valencia plantando una línea de cuatro pero en el área azulgrana, casí propia del rugby, obligando a
Pinto a sacar en largo y dejando al Barça desorientado y sin pelota, terminó cuando
Messi, aún en campo propio, sobrevoló un desmarque de
Fàbregas con un pase extraordinario y dejó al '4' delante de
Diego Alves. El portero dudó y Cesc le superó por alto.
Esta vez el gol ayudó a encontrar el juego y no al revés, como suele suceder en el Barça. El Valencia ya no podía impedir que
Piqué recibiera de portería e iniciara juego y el equipo barcelonista ofreció el mejor fútbol de 2012 en la siguiente media hora. Con
Puyol empujando como un émbolo recién engrasado. Sin
Busquets,
Thiago no desentonó como medio centro, pese a que quien esto escribe le gustó más
Jonathan Dos Santos el pasado sábado, más acostumbrado quizá a la posición. Fábregas tuvo mucha influencia en el juego, más peso que
Xavi en ese tramo, pero seguramente gracias a la regia presencia de éste. Sus intervenciones aceleran el ritmo sostenido del fútbol azulgrana, y hoy le vinieron bien al conjunto, aprovechando el infrecuente tembleque de la habitualmente solvente pareja de centrales que componen
Rami y
Víctor Ruiz.
La segunda parte se ajustó más a los parámetros habituales. Xavi, cuarenta pases en el 70', terminó con cien. Aún así, el Valencia, inferior en el juego pero a tiro de marcador, obligó a demostrar en un par de ocasiones que Pinto puede desempeñar un papel futbolístico y no solo grupal. La expulsión de
Feghouli terminó con la resistencia visitante y el Barça acertó finalmente con el 2-0, tras varias opciones de Messi.
De
Leo se analiza todo, hasta si se afeitó o no para jugar. Pero alguien que marca más de cincuenta goles en más de una temporada, sabe perfectamente cómo hacer gol y conoce su oficio. Está cercano el día en que a Messi se le pida marcar gol a pase suyo. De momento hoy casi fue
Ronaldo Nazario.
Tercera final de Copa del Rey desde que
Guardiola ocupa el banquillo barcelonista, para doce en total. Con bajas, con Copa África sin
Keita y antes
Yaya Touré, con frío, nunca desde su llegada se
relajó el ritmo durante el mes de enero, donde desde hace años se ventilan rápidamente las últimas eliminatorias. L`Hospitalet, Osasuna, Real Madrid, Valencia...y Ahtletic Club Bilbao como desenlace. Será en mayo. Orgullo para unos,
sueño para los otros, futbolistica para todos. Para ganar una final hay que jugarla...pero hay que jugarla bien, Guardiola
dixit.
Foto: Pep Morata en Mundo Deportivo
1 comentarios:
estoy de acuerdo totalmente contigo amigo, creo que el Barcelona pasa demasiado el balón y sin peligro en algunas ocasiones, mi amigo que trabaja en pay per head sabe mucho sobre esto
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